La urgencia de adoptar medidas de adaptación y mitigación es clara. Puerto Rico debe actuar ahora para proteger a sus ciudadanos más vulnerables y enfrentar los desafíos del cambio climático de manera proactiva y efectiva.
La reciente ola de calor que azota a Puerto Rico ha encendido las alarmas entre expertos y autoridades, destacando la necesidad urgente de adoptar medidas de adaptación frente al cambio climático.
Carl Soderberg, exdirector ejecutivo capítulo de Puerto Rico de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, ha expresado su preocupación por la falta de acción en este ámbito crítico.
"Esto no puede esperar", afirmó Soderberg. Ahora mismo se están evidenciando los efectos del cambio climático. Uno de los grupos más vulnerables durante estas olas de calor son los adultos mayores, personas de 60 años o más. "Los adultos mayores sudamos menos que los jóvenes y las personas de edad media", explicó Soderberg. "El sudor es nuestra primera línea de defensa contra el calor. En la medida en que nosotros no emitamos la misma cantidad de sudor, estamos en una desventaja".
Además, Soderberg señaló que muchos adultos mayores toman medicamentos para enfermedades crónicas que, entre otros efectos, pueden limitar la sudoración, exacerbando aún más el riesgo durante las olas de calor.
"Otra complicación es que muchos de nosotros tenemos que tomar medicamentos para diferentes problemas crónicos y estas medicinas limitan el sudar. O sea que no solamente sudamos menos naturalmente, sino que quizás alguna medicina que tenemos que tomar todos los días limita aún más el sudor".
"La segunda línea de defensa que se activa, y que considero más peligrosa, es la forma en que el cuerpo enfría a través del bombeo de la sangre", explicó Soderberg. "Sin embargo, estudios médicos han revelado que en este proceso, el corazón puede latir de cuatro a seis veces más de lo normal. ¿Te imaginas una persona que ya padece de problemas cardíacos o pulmonares? se exponen a que tengan una crisis de salud".
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La situación se agrava por la fragilidad del sistema de generación de energía eléctrica en Puerto Rico. "Cada vez que hay calores extremos la compañía privada que está a cargo de la generación y la que está a cargo de la transmisión, prácticamente le suplican al pueblo que no prendan el aire acondicionado y sean comedidos en el consumo de energía porque no tienen la capacidad para suplir la demanda", dijo Soderberg. "Por eso nosotros recomendamos que como una medida inmediata, se establezcan centros de enfriamiento aquí en Puerto Rico y en todo el Caribe".
Soderberg enfatizó la importancia de establecer centros de enfriamiento en cada municipio. En ciudades grandes como San Juan, Mayagüez y Carolina, se necesitan varios centros de enfriamiento.
"Otra medida que nosotros estamos recomendando es que se obligue a los médicos certificar muertes por calor extremo" dijo. "Yo creo que hay que llevar esas estadísticas para demostrar la necesidad de tomar medidas preventivas". Actualmente, las muertes por calor extremo pueden ser certificadas como otras causas. Es necesario llevar estadísticas precisas para tener el control sobre ello y asimismo, desarrollar planes de acción para controlarlas.
Frente a esta nueva realidad de calores extremos, Soderberg recomendó precaución adicional al buscar alivio en playas, ríos o piscinas, ya que aunque el agua puede ayudar a atenuar el calor, es importante evitar la sobreexposición al sol para prevenir la deshidratación y el riesgo de cáncer de piel.