A medida que los comercios se ajustan y se amplía la oferta de alternativas sostenibles, se espera que los beneficios ambientales y de salud pública sean cada vez más evidentes en la isla.
El primero de julio marcó un hito ambiental para Puerto Rico con la entrada en vigor de la Ley de Microplásticos. Esta ley, en realidad fue aprobada hace dos años, sin embargo, contó con un periodo de transición desde 2022 al 2024. Esta legislación, diseñada para reducir el uso de plásticos de un solo uso, ha enfrentado desafíos significativos durante su implementación.
Carl Soderberg, ex director ejecutivo, capítulo de Puerto Rico de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, compartió su perspectiva sobre la ley y sus implicaciones. Soderberg criticó los intentos recientes de algunos comercios y distribuidores para extender el período de transición por un año adicional, argumentando que dos años eran más que suficientes para prepararse para el cambio.
"Es un abuso. O sea, 2 años es más que suficiente para que hicieran los ajustes pertinentes" comentó Soderberg. Asimismo, comentó sobre algunos desafíos que se enfrentan mientras se acomodan a esta legislación: "Lo primero que hay que decir es que quizás, en estos momentos que por primera vez los comerciantes van a adquirir sustitutos al plástico, quizás en el mercado local no haya suficiente reserva de este tipo de material y por lo tanto, los distribuidores que sí tienen algunas reservas pues se están aprovechando para subir el el precio". Sin embargo, explicó que la competencia eventual equilibraría los costos a medida que aumentara la demanda de materiales sostenibles.
Asimismo, explica que "Todo el mundo tiene que cumplir definitivamente desde ahora, pero no se les va a multar hasta diciembre. O sea que tienen en cierto modo 6 meses más de transición".
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1. Definición de plásticos de un solo uso: Se refiere a cualquier artefacto hecho de material plástico que sea vendido y utilizado voluntariamente. Esto incluye cubiertos, platos, sorbetos, vasos, tazas, contenedores de alimentos hechos de poliestireno expandido (como el foam), utilizados para consumo inmediato o para llevar alimentos sin procesar o procesados.
2. Prohibición de uso comercial: Todos los establecimientos comerciales dentro de Puerto Rico deben cesar la práctica de entregar o utilizar plásticos de un solo uso, a menos que sea durante periodos de emergencia declarados por el Gobierno de Puerto Rico o el Presidente de Estados Unidos. En esos casos, se pueden utilizar estos plásticos para suplir necesidades comerciales y de los consumidores durante la emergencia.
3. Período de transición sin multas: Aunque la ley está en vigor desde julio de 2024, no se emitirán multas por violaciones hasta el 31 de diciembre de 2024. Durante este período, se emitirán notificaciones de falta por violación de la ley, permitiendo a los establecimientos comerciales ajustarse a las nuevas regulaciones.
Este enfoque gradual permite a los comercios y consumidores adaptarse a las nuevas normativas sin enfrentar sanciones inmediatas, mientras que fomenta la adopción de alternativas sostenibles al plástico de un solo uso. La ley busca reducir significativamente la contaminación plástica en Puerto Rico, promoviendo prácticas ambientalmente responsables y protegiendo la salud pública a largo plazo.
Soderberg también señaló la resistencia previa de los comerciantes, quienes alegaban falta de alternativas viables y presionaban para usar existencias de plástico almacenadas. Sin embargo, destacó que la ley representa un avance significativo en la protección ambiental y la salud pública, comparándola con la prohibición del plomo en la gasolina en décadas pasadas, que inicialmente enfrentó críticas pero resultó en beneficios claros para la salud.
La ley prohíbe específicamente los plásticos de un solo uso, excluyendo ciertos productos como envases médicos y solo algunos productos alimenticios. Soderberg subrayó que esta es solo una primera medida y anticipó una notable reducción en la contaminación plástica en las playas de Puerto Rico.
Según Ana Boischio, asesora regional en seguridad química de la Organización Panamericana de Salud (OPS), "El incremento en el consumo de plásticos, especialmente de un solo uso, es alarmante. La producción de botellas, vasos y empaques alimenticios contribuye a una contaminación visible en ríos y lagos, lo que amenaza tanto al medio ambiente como a la salud humana"
Gran parte de los desechos plásticos mal gestionados a nivel global acaban en vertederos y cuerpos de agua contaminando el medio ambiente, especialmente el mar.
Luis Francisco Sánchez, asesor regional de salud, ambiente y cambio climático de la OPS, indicó que, si bien el impacto de los microplásticos en la salud humana aún no está completamente comprendido, existe preocupación por posibles efectos respiratorios, endocrinos y cardiovasculares. "Hay suficientes evidencias que confirman una alta presencia de microplásticos en la cadena alimenticia, así como en el agua dulce y el agua potable", agregó.
La amenaza que representan los residuos plásticos para la salud ha llevado a la OPS a incluirlos en la lista de determinantes ambientales de la salud. Además, la OPS enfatiza la aplicación de lecciones aprendidas durante la pandemia para una gestión adecuada de los residuos plásticos generados por el sector salud.
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