Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, las pruebas para detectar el cáncer de colon se deben realizar a partir de los 45 años.
Un reciente estudio realizado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos ha identificado una relación preocupante entre la diarrea inducida por el consumo de alcohol y un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Los resultados del estudio muestran que el número de casos de este tipo de cáncer está en aumento, y sugiere que esta tendencia podría estar ligada al consumo de alcohol, así como al consumo excesivo de carne magra y procesada.
El estudio incluyó a 417 pacientes que se sometieron a una colonoscopia total, comparándolos con un grupo de control de 186 pacientes que recibieron un chequeo médico en el mismo hospital y durante el mismo período. Los hallazgos revelaron un cociente de probabilidades de 2.1 para todos los sujetos y de 4.2 específicamente para los bebedores empedernidos.
"El desarrollo del cáncer colorrectal está fuertemente influenciado por factores ambientales, incluido el estilo de vida. Los estudios epidemiológicos han mostrado una fuerte evidencia de que una ingesta excesiva de alcohol, carne magra y carne procesada son factores de riesgo", afirma el estudio. Por otro lado, el documento destaca que la ingesta de alimentos ricos en fibra dietética puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal (CCR).
Detección del cáncer de colon
La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda que las pruebas de detección para el cáncer de colon comiencen a los 45 años.
Aquellos con antecedentes familiares de esta enfermedad deben consultar a su médico sobre la posibilidad de realizar pruebas de detección a una edad más temprana. Entre los análisis necesarios para detectar esta enfermedad se encuentran estudios de sangre, colonoscopias y, en algunos casos, biopsias en la región del colon.
Aunque el cáncer de colon puede desarrollarse sin causar síntomas inicialmente, la Sociedad Americana contra el Cáncer señala varios signos que podrían indicar su presencia:
Cambios en los hábitos de evacuación, como diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces durante varios días.
Sensación constante de necesidad de evacuar que no desaparece después de hacerlo.
Sangrado rectal.
Presencia de sangre en las heces, que pueden adquirir un color oscuro.
Cólicos o dolor abdominal.
Debilidad y cansancio.
Pérdida de peso inexplicada.
La organización advierte que con el tiempo, la pérdida de sangre puede acumularse, causando anemia. De hecho, un análisis de sangre que muestra un bajo recuento de glóbulos rojos podría ser el primer signo de cáncer de colon.
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