El proceso de eliminación se activa durante el sueño porque el cerebro necesita tiempo para procesar la información que recibe despierto y, por lo tanto, no puede limpiarse a sí mismo en ese momento.
Científicos han descubierto que el cerebro se deshace de los desechos acumulados mientras dormimos. Este proceso se realiza a través del sistema glifático, una red de túneles que rodea los vasos sanguíneos del cerebro y funciona de manera similar al sistema linfático en el resto del cuerpo.
El sistema glifático utiliza líquido cefalorraquídeo (LCR) para recoger los desechos metabólicos de las células cerebrales, como las proteínas beta amiloides que se asocian con la enfermedad de Alzheimer. Luego, el LCR "sucio" es transportado fuera del cerebro hacia el sistema linfático y finalmente eliminado del cuerpo.
El descubrimiento de este rol del sistema glifático se originó en estudios realizados en ratones, pero estudios recientes han demostrado que este proceso también ocurre en el cerebro humano. Se ha encontrado que el flujo de LCR disminuye casi un 95% en ratones despiertos en comparación con los que están dormidos. Jonathan Kipnis, inmunólogo de la Universidad de Washington en St. Louis, indicó que el proceso de eliminación de toxinas es más efectivo durante el sueño.
Los astrocitos, células con forma de estrella que forman conexiones con los vasos sanguíneos, juegan un papel clave en la regulación del flujo del LCR. Estas células ayudan a facilitar el flujo del LCR, permitiendo que las toxinas se eliminen de manera eficiente.
La Dra. Maiken Nedergaard, cuyo equipo descubrió el sistema glifático en 2012, especula que el proceso de eliminación se activa durante el sueño porque el cerebro necesita tiempo para procesar toda la información que recibe mientras está despierto y, por lo tanto, no puede limpiarse a sí mismo en ese momento.
Además, algunos estudios han demostrado resultados contradictorios sobre cómo el sueño impulsa el proceso de eliminación de toxinas, pero la mayoría de los científicos están de acuerdo en que el proceso es más efectivo cuando el cerebro está en estado de sueño profundo.
Nedergaard también sugiere que la salud del sistema linfático puede estar relacionada con la acumulación de desechos y proteínas anormales en el cerebro con el envejecimiento, y esto podría contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Por esta razón, el mejoramiento de la calidad del sueño podría ser una herramienta potencial para beneficiar a quienes sufren de una eliminación linfática lenta.
Fuente consultada aquí.