Cuando esta glándula no funciona de manera correcta, puede conllevar a fatiga crónica, sed excesiva, e incluso episodios de psicosis debido a desequilibrios hormonales severos.
El Dr. Raúl Ibarra, destacado endocrinólogo del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional del Siglo XXI en Ciudad de México, se especializa en el estudio y tratamiento de los trastornos hipofisarios, una área clave de la endocrinología que involucra la glándula hipófisis. Esta glándula, se encuentra en la base del cráneo y es fundamental para regular numerosas funciones corporales mediante la secreción de diversas hormonas.
La hipófisis actúa como una "glándula maestra" que controla otras glándulas endocrinas en el cuerpo, incluyendo la tiroides, las suprarrenales (adrenales), los ovarios y los testículos. Regula el equilibrio de agua y electrolitos, la función tiroidea, el crecimiento y el desarrollo, así como procesos fisiológicos importantes como el parto y la lactancia.
Las enfermedades de la glándula hipófisis se pueden dividir entre las que generan una disminución de la función de la glándula o un aumento de la de la secreción hormonal.
“Una disminución de la glándula hipófisis, podría generar hipotiroidismo de origen central, deficiencia de hormona de crecimiento, deficiencia suprarrenal o alteraciones en las gónadas ya sea… disfunción sexual en hombres, disminución de testosterona y en las mujeres, amenorrea, qué es la ausencia del ciclo menstrual e infertilidad”. Comentó el Dr. Ibarra.
Por otro lado, el exceso de producción de ciertas hormonas hipofisarias también puede ser problemático. El doctor cometa: “Cuándo hay exceso eso de la secreción de hormonas de la glándula hipófisis, es dependiendo de la hormona que se genere, puede ser en este caso exceso de hormona de crecimiento algo que se llama acromegalia o acrogigantismo, dependiendo de de la edad a la que se produzca, hipertiroidismo central, enfermedad de Cushing, que es un exceso de hormonas de tipo glucocorticoide o aumento por ejemplo de la hormona prolactina que es la que genera la lactancia”. Sin embargo, a pesar de que genera este tipo de padecimientos, también sigue generando problemas en la salud sexual “en estos casos sería igual, disfunción sexual e infertilidad”.
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Las causas de los trastornos hipofisarios pueden ser diversas, el experto explica que “la genética tiene una importancia primordial tanto así heredada, como por mutaciones genéticas desencadenadas por el ambiente en el que nos envolvemos” dijo. “Sin embargo, hay otras afecciones que pueden generar deterioro de la función, ya sea por ejemplo, padecer alguna enfermedad autoinmune, alguna enfermedad linfoproliferativa o tener algún traumatismo craneoencefálico que puede generar también deterioro de la función de la glándula hipófisis”.
El Dr. Raúl, comenta de manera explicativa para la Revista Medicina y Salud Pública, los síntomas de los trastornos hipofisarios: estos pueden variar ampliamente y pueden incluir dolores de cabeza persistentes, cambios en el apetito, sed excesiva, problemas visuales (como defectos en el campo visual), y alteraciones en el ciclo menstrual en mujeres. Esta sintomatología puede ser sutil al principio, pero con el tiempo puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes si no se diagnostican y tratan adecuadamente.
Es fundamental abordar los trastornos hipofisarios de manera temprana para prevenir complicaciones graves, como trastornos mentales, fatiga crónica e incluso episodios de psicosis debido a desequilibrios hormonales severos.