En niños, la apnea del sueño puede estar asociada al tamaño de las amígdalas y adenoides, y no tanto al sobrepeso, según el especialista.
Según los resultados de una encuesta realizada por la Asociación de Medicina del Sueño de Puerto Rico, cerca del 20% de la población adulta de la isla padece apnea del sueño, lo que convierte esta condición en una de las más frecuentes en el territorio.
Sin embargo, la apnea del sueño no es exclusiva de la población adulta, por el contrario, afecta también a la población pediátrica. De modo que, para identificar las manifestaciones clínicas de esta condición en niños y adolescentes, la Revista Medicina y Salud Pública conversó con el Dr. Ángel Colón Semidey, neumonólogo pediátrico del Hospital Auxilio Mutuo.
Algunos factores como el sobrepeso o el envejecimiento pueden favorecer el desarrollo de apnea del sueño, pero en el caso de los niños, pueden no estar presentes y aún así padecer la afección.
"Puedes tener completamente normales, en quienes no necesariamente sea por el peso. Puedes tener infecciones recurrentes de garganta, cambios en la voz que sean indicativo de que tiene las amígdalas y el adenoide crecidos, que es por lo general lo que causa obstrucción en niños".
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Dado que la apnea del sueño se presenta con síntomas evidentes, como los ronquidos o cambios en la voz, es fácil sospechar de ella. Sin embargo, el diagnóstico se realiza mediante una polisomnografía.
"Examinamos a los pacientes durante toda la noche, y vemos los diferentes estadíos del sueño", explicó. "En los estadios profundos es donde más se manifiesta en niños por el tono muscular".
Según el especialista, más de un evento se considera anormal, mientras que en los adultos deben ser de 5 a 10. En los casos considerados como severos, se presentan más de 30 eventos por hora.
"Es mucho más común en los adultos el parar de respirar y obstruirse, mientras que en los niños no necesariamente".
La mala calidad del sueño en los menores puede manifestarse mediante fatiga, irritabilidad y dificultad para prestar atención, lo que posteriormente puede derivar en dificultades de aprendizaje.
Además, si esta condición no se trata adecuada y oportunamente, aumenta el riesgo de hipertensión arterial, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, problemas hepáticos y cardiovasculares.
"Hay evidencia clara de que el no tratar la apnea obstructiva puede tener implicaciones, sin mencionar que un paciente con esta condición le puede bajar el oxígeno, pone una carga en el corazón mayor, y en manifestaciones severas, puede tener cor pulmonale, que es un daño irreversible del corazón".
En casos donde esta afección es leve y no supone una complicación como tal, los especialistas optan por el uso de antihistamínicos o esteroides tópicos nasales.
Asimismo, por la influencia que tienen las amígdalas y las adenoides en esta condición, también es común la intervención quirúrgica para retirar estos tejidos.
En el caso de los adultos, la opción más acertada para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño consta de una presión positiva continua sobre las vías respiratorias mediante dispositivos como el CPAP.
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