Las proteínas ERM juegan un papel crucial en la mecánica de propagación de estas células tumorales, sugiriendo nuevas estrategias terapéuticas para prevenir la metástasis en el cáncer colorrectal.
Según la Organización Mundial de Salud, el cáncer colorrectal, es el tercer tipo de cáncer más común en el mundo y la segunda causa principal de muertes relacionadas con el cáncer, afecta predominantemente a las personas de mayor edad, y la mayoría de los casos son personas de 50 años o más.
Varios factores relacionados con el modo de vida contribuyen a la aparición de cáncer colorrectal, como una alta ingesta de carnes procesadas y una baja ingesta de frutas y verduras, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Un estudio realizado por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), investigó cómo las propiedades mecánicas de diferentes tipos de células de cáncer colorrectal influyen en el proceso de metástasis.
Utilizando organoides de tumores a partir de células de pacientes, el estudio se centró en las células madre cancerosas que expresan la proteína LGR5, un marcador clave en la señalización para la renovación y diferenciación de células madre intestinales y cancerosas.
Los resultados indicaron diferencias significativas en las propiedades mecánicas entre las células que expresan LGR5 (LGR5+) y las que no (LGR5-). Las células LGR5- son más blandas, menos adhesivas y se mueven más rápido, lo que las hace más aptas para moverse desde el tumor principal. Las células LGR5+ son más aptas para adherirse a las paredes de los vasos sanguíneos y formar brechas que les permiten invadir otros tejidos, facilitando la formación de metástasis.
"Esta transición entre estos dos tipos celulares, que trabajan en equipo, es un mecanismo adaptativo que las ayuda a soportar los cambios físicos del microambiente y facilita la progresión del cáncer", explicó Xavier Trepat, profesor de investigación ICREA en el IBEC.
El estudio también mostró que estas diferencias mecánicas se deben a la disminución de las proteínas ERM (ezrina, radixina y moesina) en las células LGR5+. Estas proteínas conectan la membrana celular con el esqueleto interno de la célula, afectando su rigidez y adhesión.
Manipulando estas proteínas, el equipo pudo hacer que las células LGR5+ y LGR5- se comportaran de manera similar, confirmando el papel crucial de las ERM en las diferencias mecánicas observadas.
"Estos resultados demuestran el potencial de las proteínas ERM como objetivo terapéutico para interferir en el proceso metastásico del cáncer colorrectal", detalló Sefora Conti, investigadora del IBEC y primera autora del estudio.
Organoide de tumor colorrectal utilizado para el estudio. Foto: Agencia Sinc.
En colaboración con el grupo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) liderado por Eduard Batlle, los investigadores también analizaron los patrones de expresión de las proteínas ERM en células individuales de una cohorte de pacientes, mostrando que esta reducción en las ERM es una característica común en los tumores colorrectales.
Además del IBEC y el IRB, el trabajo contó con la colaboración del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, el Instituto Max Planck de Ciencia de la Luz de Erlangen, Alemania; el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) de Heidelberg, Alemania; la Universidad de Palermo, Italia, y el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia.
Xavier Trepat, líder de la investigación, también es profesor en la Universidad de Barcelona (UB) y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).