El día 24 del postoperatorio el paciente desarrolló trombosis venosa profunda en las venas femoral y poplítea.
Un hombre de 71 años diagnosticado con miastenia gravis (MG) y función renal alterada, ha experimentado una crisis miasténica precoz y una trombosis venosa profunda (TVP) tardía tras someterse a una timectomía, un procedimiento quirúrgico para tratar su condición.
El paciente, con una tasa de filtración glomerular estimada (TFG) de 49,1 ml/min/1,73 m², fue sometido a la cirugía sin complicaciones iniciales. Sin embargo, poco después, sufrió una sobredosis de opiáceos que requirió tratamiento con naloxona.
Esto desencadenó una hiperlactatemia y un episodio de hipertensión. Tres horas después de la administración de naloxona, el hombre experimentó una crisis miasténica que resultó en insuficiencia respiratoria, dificultando su desconexión de la ventilación mecánica.
El equipo médico diagnosticó una hiperlactatemia inducida por estrés y la posterior crisis miasténica. Se iniciaron tratamientos con piridostigmina e inmunosupresores, logrando la remisión de la hiperlactatemia en el quinto día postoperatorio y una exitosa extubación traqueal al sexto día.
A lo largo de su hospitalización, la función renal del paciente mostró una notable mejora, alcanzando una TFG de 88,9 ml/min/1,73 m². Sin embargo, el día 24 postoperatorio, el paciente desarrolló una TVP en las venas femoral y poplítea izquierdas, requiriendo su readmisión para un tratamiento inmediato con heparina de bajo peso molecular.
Fue dado de alta sin secuelas el día 31 y, a los tres meses de seguimiento, no se observó recurrencia de la crisis miasténica ni de la TVP.
Los médicos han señalado que la hiperlactatemia tras la administración de naloxona puede ser un indicador de una respuesta al estrés relacionada con el dolor, un potencial desencadenante de crisis miasténica. Además, destacaron que los pacientes con MG pueden tener un mayor riesgo de desarrollar TVP, posiblemente debido a la inflamación inmunomediada.
Este caso subraya la importancia de evitar factores provocadores durante el período perioperatorio, incluyendo la monitorización de elevaciones del lactato sérico inducidas por estrés, una vigilancia postoperatoria estrecha para detectar crisis miasténicas y el reconocimiento temprano de posibles complicaciones tromboembólicas en pacientes con MG.
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