Científicos advierten que estos contaminantes favorecen la formación de bacterias resistentes, un riesgo especialmente grave para comunidades vulnerables.
Un estudio reciente de la Universidad de Boston reveló que los microplásticos, presentes en casi todos los ecosistemas e incluso en el cuerpo humano, podrían estar acelerando la resistencia bacteriana a los antibióticos. Esta resistencia, considerada una crisis global de salud pública, está vinculada a cerca de 4,95 millones de muertes anuales.
Las bacterias (incluyendo patógenos comunes) que colonizan superficies de microplásticos desarrollan biopelículas hasta un 50% más resistentes que en otros materiales.
Estas biopelículas actúan como "fortalezas bacterianas", bloqueando la penetración de antibióticos como penicilina y tetraciclina. El efecto persistía incluso después de retirar los microplásticos, sugiriendo cambios genéticos duraderos en las bacterias.
La investigación, publicada en Applied and Environmental Microbiology, demostró que las bacterias que se adhieren a los microplásticos desarrollan biopelículas más gruesas y resistentes, actuando como escudos contra los fármacos. "El nivel de resistencia era tan alto que repetimos los experimentos varias veces, pero los resultados fueron consistentes", señaló Neila Gross, miembro del equipo.
Los microplásticos no solo proporcionan una superficie ideal para que las bacterias se agrupen, sino que también repelen líquidos y, con el tiempo, absorben humedad, atrapando antibióticos antes de que actúen. Incluso al retirar los plásticos, las bacterias mantienen su capacidad de formar biopelículas resistentes.
El impacto puede ser grave en campos de refugiados y zonas empobrecidas, donde el plástico se acumula y las infecciones se propagan rápidamente. Según la ONU, en 2024 había 122 millones de personas desplazadas, muchas expuestas a infecciones intratables debido a sistemas de salud precarios y condiciones insalubres.
El equipo planea ampliar la investigación a entornos reales, como asentamientos de refugiados, para confirmar sus hallazgos. Los científicos esperan que el estudio impulse políticas para reducir la contaminación por plásticos y mitigue su efecto en la resistencia antimicrobiana.
El estudio subraya la urgencia de abordar la contaminación por microplásticos no solo como un problema ambiental, sino también como una amenaza para la salud global, especialmente en poblaciones marginadas.