Se describen 2 casos clínicos exitosos de pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada que, a pesar de tener meningiomas en el lado opuesto al que se requería la cirugía, lograron someterse con seguridad a estimulación cerebral profunda.
La enfermedad de Parkinson (EP) es el trastorno del movimiento neurodegenerativo más prevalente, con aproximadamente 90,000 nuevos casos diagnosticados anualmente en los Estados Unidos.
Los síntomas cardinales incluyen temblor en reposo, bradicinesia y rigidez, manejados inicialmente con agentes dopaminérgicos. Sin embargo, en casos refractarios al tratamiento médico, la estimulación cerebral profunda (ECP) del núcleo subtalámico (NST) surge como una alternativa quirúrgica efectiva.
Un desafío poco documentado en la literatura es la realización de ECP en pacientes con tumores intracraneales preexistentes, como meningiomas, los cuales representan el 36.4% de los tumores primarios del sistema nervioso central y suelen ser benignos.
En este contexto, se presentan dos casos de pacientes con EP y meningiomas contralaterales asintomáticos que fueron sometidos a ECP-NST exitosamente.
Un hombre de 55 años con un diagnóstico de párkinson de cuatro años de evolución, caracterizado por temblor en la mano derecha y rigidez en la pierna derecha, sin discinesias pero con fluctuaciones motoras.
El tratamiento farmacológico con carbidopa-levodopa y pramipexol generó efectos adversos gastrointestinales sin mejoría significativa de sus síntomas. Al examen neurológico, presentaba temblor +4 y rigidez +3 en el hemicuerpo derecho, junto con una marcha lenta pero sin arrastre de pies.
La resonancia magnética (RM) reveló un meningioma parafalciano derecho de 2.6 × 2.6 × 2.5 cm, con realce homogéneo y efecto de masa local sin edema vasogénico asociado. Se decidió proceder con la colocación de un electrodo de estimulación cerebral profunda en el núcleo subtalámico izquierdo bajo sedación consciente, evitando cuidadosamente la región del meningioma.
El posoperatorio fue satisfactorio, confirmándose mediante tomografía computarizada (TC) la correcta posición del electrodo sin evidencia de hemorragia o cambios en el meningioma.
El segundo caso involucró a una mujer diestra de 67 años con un diagnóstico de párkinson de 21 años de evolución, manifestando temblor inicialmente en la mano derecha que progresó a afectar ambas extremidades superiores e inferiores, junto con deterioro cognitivo leve y depresión.
Debido a la alta dosis de medicamentos antiparkinsonianos (ropinirol, carbidopa-levodopa, entacapona) y psicotrópicos (sertralina, clonazepam), desarrolló psicosis y alucinaciones. Al examen físico, presentaba temblor +3 en el lado derecho y +2 en el izquierdo, así como rigidez +4 en segmentos proximales.
La RM mostró un meningioma en la convexidad frontal derecha de 2.3 × 2.4 × 2.9 cm, con efecto de masa mínimo y sin edema circundante. Tras una evaluación multidisciplinaria, se realizó ECP-NST izquierdo sin complicaciones, verificándose en el posoperatorio la adecuada ubicación del electrodo y la estabilidad del meningioma.
Según los autores (Adriana Vázquez , et al), estos casos demuestran que la presencia de meningiomas contralaterales asintomáticos y estables, sin efecto de masa significativo o hipertensión intracraneal, no contraindica la realización de ECP-NST.
Estudios previos, como el de Delgado López et al., respaldan este enfoque, ya que reportan que el 86% de los meningiomas incidentales permanecieron sin tratamiento durante cuatro años, con solo el 63.3% mostrando un crecimiento menor al 15%.
Además, se ha observado que la mayoría de los meningiomas requieren un tamaño superior a 3 cm para generar un aumento significativo de la presión intracraneal, lo que justifica la seguridad del procedimiento en lesiones más pequeñas. Sin embargo, se necesitan estudios adicionales para evaluar los riesgos en tumores de mayor volumen o con efecto de masa pronunciado.
En conclusión, la ECP-NST puede realizarse de manera segura en pacientes seleccionados con EP y meningiomas contralaterales estables, siempre que se realice una evaluación preoperatoria exhaustiva que incluya neuroimágenes para descartar hipertensión intracraneal o edema cerebral.
Estos casos confirman que se necesita de un abordaje individualizado y multidisciplinario en el manejo quirúrgico de la EP en contextos complejos. Futuras investigaciones deberán explorar los resultados a largo plazo en cohortes más amplias, especialmente en pacientes con tumores benignos de mayor tamaño.