La pérdida ósea afecta no solo a mujeres postmenopáusicas, sino también a supervivientes de cáncer de mama, atletas jóvenes, y hombres mayores con tasas de supervivencia más bajas tras fracturas de cadera.
Un equipo de científicos, liderado por Holly Ingraham, ha resuelto un antiguo enigma sobre cómo los huesos de las mujeres que amamantan permanecen fuertes a pesar de la pérdida de calcio en la leche. Este hallazgo podría tener implicaciones importantes para el tratamiento de la osteoporosis, una enfermedad que afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres postmenopáusicas.
El equipo encontró que una hormona llamada Hormona Cerebral Materna (CNN3 o HCM) que juega un papel crucial en la salud ósea. "Si no hubiéramos estudiado ratones hembra, podríamos haber pasado por alto este hallazgo", señala Ingraham, destacando la importancia de incluir tanto animales machos como hembras en la investigación.
El equipo creó un parche de hidrogel que libera HCM en el sitio de fracturas óseas, promoviendo la formación de hueso nuevo y acelerando la curación. Este método ha mostrado resultados prometedores, especialmente en ratones ancianos que normalmente no curan bien sus fracturas.
El equipo planea estudiar los mecanismos moleculares de la HCM, su presencia en mujeres lactantes y su potencial para tratar diversas afecciones óseas. Este descubrimiento representa un avance significativo en la comprensión y tratamiento de las enfermedades óseas, abriendo nuevas vías para terapias más efectivas y específicas.
Con la HCM mostrando un potencial tan prometedor, los científicos esperan que futuros estudios y ensayos clínicos puedan validar su eficacia en humanos y llevar esta innovadora solución a los pacientes que más lo necesitan.
Durante la lactancia, los niveles de estrógeno son bajos, lo que debería predisponer a las mujeres a la osteoporosis. Sin embargo, esto no ocurre, lo que llevó a los investigadores a buscar otro factor que promoviera la formación ósea. En ratones hembra, el bloqueo de un receptor de estrógeno en neuronas específicas aumentaba la masa ósea, sugiriendo la existencia de una hormona desconocida, ahora identificada como HCM.
En experimentos con ratones adultos jóvenes y mayores, tanto hembras como machos, la HCM aumentó drásticamente la masa y la fuerza ósea en pocas semanas. En ratones hembra sin estrógeno o muy mayores, la HCM duplicó la masa ósea. Los autores destacan la notable resistencia de los huesos tratados con HCM, indicando un potencial revolucionario para la hormona.
"La pérdida ósea afecta no solo a mujeres postmenopáusicas, sino también a supervivientes de cáncer de mama, atletas jóvenes, y hombres mayores con tasas de supervivencia más bajas tras fracturas de cadera", explica Ingraham. "La HCM podría ofrecer nuevas esperanzas para estos grupos".