Cuando estos pacientes experimentan una recaída, suelen manifestar síntomas como sudoración nocturna, fiebre y agrandamiento de los ganglios linfáticos.
En el contexto de la Convención 2023 de la Asociación de Enfermería Oncológica y Hematológica de Puerto Rico, Inc., se exploraron una variedad de temas cruciales relacionados con la oncología. Uno de los puntos destacados fue el análisis detallado del tratamiento específico para el linfoma de células B grandes.
"Dentro de los linfomas, el de células B grandes, es bien importante hablar de este tipo, porque a pesar que dentro de todas las malignidades o cánceres no es tan común, si es el que se destaca dentro de los linfomas agresivos. 7 de cada 100,000 van a padecer esta condición", explicó el Dr. Cristian Rodríguez, hematólogo oncólogo.
Enfermedad agresiva
El especialista resaltó la relevancia de abordar el linfoma de células B grandes, subrayando su naturaleza altamente agresiva. Según las estadísticas mencionadas, aproximadamente la mitad de los pacientes pueden experimentar una cura mediante la aplicación de una primera línea de terapia. Sin embargo, también señaló que, en el mismo contexto, entre 4 y 5 pacientes podrían enfrentar una recurrencia de la enfermedad con el tiempo o mostrar una respuesta limitada a una sola línea de tratamiento.
¿Cómo se evalúa la recaída?
El hematólogo observó que en ese grupo específico de personas refractarias al primer tratamiento, la enfermedad tiende a reaparecer después de la finalización de la quimioterapia. Además, destacó que, dependiendo del intervalo temporal en el cual el linfoma resurge, se puede evaluar la agresividad.
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"Entonces, le damos un primer tratamiento con quimioterapia e inmunoterapia y el paciente no responde, es decir, que tiene una enfermedad más agresiva que el paciente que le vuelve la enfermedad dos o tres años después de esa terapia. El algoritmo de ese tratamiento es diferente", agregó.
Síntomas de recaída en el linfoma de células B grandes
Cuando estos pacientes experimentan una recaída, suelen manifestar síntomas como sudoración nocturna, fiebre y agrandamiento de los ganglios linfáticos. Este conjunto de signos clínicos proporciona al equipo médico importantes indicadores para evaluar la progresión de la enfermedad y ajustar el enfoque terapéutico de manera apropiada.
El oncólogo explicó que en la actualidad, las herramientas predominantes utilizadas para evaluar la enfermedad en la comunidad son estudios de imagen, como el PET/CT Scan, así como pruebas a nivel molecular que se centran en la detección de material genético en la sangre, conocido como enfermedad mínima residual (minimal residual disease).
"Entendiendo ese tumor que se diagnostica, a través del tiempo en la sangre se entiende que puede haber material genético, el cual nos puede ayudar a anticipar cuándo una enfermedad va a volver, pero es un tema de investigación".
Terapias convencionales
El experto destacó que, en términos generales, existe la terapia convencional de mayor duración conocida como quimioterapia R-CHOP.
Sin embargo, destacó que hace un tiempo se aprobó un medicamento llamado polatuzumab, que se combina con rituximab y quimioterapia. En un cierto subgrupo de pacientes, se ha demostrado que esta combinación aumenta el periodo de enfermedad libre de progresión. En otras palabras, estos pacientes experimentan un periodo extendido sin que la enfermedad avance, lo que representa un avance significativo en el tratamiento.
En el caso del trasplante de células madres, el galeno expresó que, "es muy importante depender del tiempo y cuán resistente es la quimioterapia a la enfermedad, ya que un paciente que desarrolle esa resistencia, no se debe llevar a un trasplante, en el caso del autólogo".
"Un mensaje a la comunidad para estos pacientes que tienen linfoma de células B grandes, que han fallado en una primera línea de terapia y requieren una segunda línea, estos deben ser enviados a un centro especializado donde tengan acceso a todas las terapias celulares, porque a pesar que tengamos las mejores terapias, todavía no curamos al 100% de los pacientes, debemos estar preparados hasta para una tercera línea y cuando un paciente llega tarde nos pone contra reloj para un manejo temprano", concluyó.