Ensayos clínicos de terapia celular en Puerto Rico para el abordaje del linfoma de células B grandes

La terapia celular es capaz de cambiar el curso natural de la enfermedad y el CAR T-cell therapy puede curar a cerca del 50% de los pacientes.

Katherine Ardila

    Ensayos clínicos de terapia celular en Puerto Rico para el abordaje del linfoma de células B grandes

    El Dr. Cristian Rodríguez, hematólogo oncólogo, en conversaciones con la Revista Medicina y Salud Pública expuso el enfoque de su investigación en un linfoma particularmente relevante como el de células B grandes o diffuse large visceral linfoma

    “Dentro de todas las malignidades o cánceres no tan comunes, es el más común dentro de los linfomas agresivos y 7 de cada 100.000 americanos van a padecer de esta condición”, explicó en el desarrollo de la Convención Anual de la Asociación de Enfermería Oncológica y Hematológica.

    Desafíos de la enfermedad

    El galeno detalló que: “Es importante hablar de esta condición porque es una enfermedad extremadamente agresiva y por estadísticas, 5 a 6 de cada 10 pacientes potencialmente pueden ser curados con una primera línea de terapia, lo que significa que a 4 o 5 de esos pacientes la enfermedad les va a volver con el tiempo o van a ser refractarios a una primera línea de terapia”.

    Evaluación de recaída y detección

    En cuanto a los métodos o herramientas para la detección de posibles recaídas, el Dr. Rodríguez señala que continúan investigando con diversas herramientas, a su vez precisa que los pacientes con recaídas presentan síntomas como sudor nocturno, fiebre y agrandamiento de ganglios.

    “Hoy día utilizamos estudios de imagen como un PET-CT (Tomografía por emisión de positrones) o CT Scans (Tomografía computarizada), para estudiar pruebas a nivel molecular que permitan detectar material genético en la sangre, a lo que llamamos minimal residual disease (enfermedad residual mínima). Entendiendo que el tumor, cuando se diagnostica, a través del tiempo puede haber material genético en la sangre el cual nos puede ayudar a anticipar cuando una enfermedad va a volver. Por eso hoy día es un tema de investigación”, anuncia.

    Terapias celulares como opción avanzada

    Las terapias celulares, como la CAR T-cell therapy, se vislumbran como una alternativa para pacientes resistentes o aquellos con recaídas tempranas.

    “El uso de células madres, va a depender del tiempo y cuán resistente es la enfermedad a la quimioterapia, un paciente que tiene una enfermedad resistente a quimioterapia no se debe llevar un trasplante. En este caso, usamos el trasplante autólogo, utilizando las células madres del paciente. Este tipo de terapia es importante en el linfoma de células grandes B, ya que para aquellos que la enfermedad les vuelve más de un año después de la primera línea de terapia, y son sensitivos a quimioterapias, podemos llevarlos un tipo de trasplante autólogo”, enuncia.

    Investigación clínica en Puerto Rico

    En Puerto Rico, el Hospital Auxilio Mutuo está estableciendo un programa de investigación clínica enfocado en terapias celulares, incluyendo terapia de células T y drogas biespecíficas. Estas innovaciones han revolucionado los pronósticos de enfermedades que previamente tenían una sobrevida a largo plazo de menos del 10%.

    “Hoy día la terapia celular es capaz de cambiar el curso natural de la enfermedad y el CAR T-cell therapy puede potencialmente curar a 4 o 5 de cada 10 pacientes. Y para aquellos que fallan con el CAR T, existen drogas que incluye Coritamab y Glofitamab, es por eso que 6 de cada 10 pacientes responden y son altamente tratados, es allí cuando vemos cómo podemos a cambiar el curso natural de una enfermedad”, manifiesta.

    Tratamiento multidisciplinario

    Dentro de los mensajes que deja el doctor a los demás galenos es la importancia de dirigir a los pacientes con linfoma de células B grande que han fallado en tratamientos anteriores a centros especializados que ofrecen terapias celulares, es por esto que destaca la relevancia de una detección temprana, ya que aún no es posible curar el 100% de los casos y el tiempo es esencial para estas terapias.

    “El tratamiento debe ser un abordaje multidisciplinario, porque la medicina lo es, nuestros enfermeros son pilares en el tratamiento y son esenciales en lo que hacemos, ellos son nuestros ojos, nuestra primera fuente, especialmente en las terapias celulares y la vigilancia de los efectos secundarios. Las terapias celulares buscan activar el sistema inmune para que sea el sistema inmune quien destruya el linfoma y esto lleva a una inflamación, una secreción de citoquinas, lo que lleva a fiebre, a cambios dinámicos de presión arterial, por lo que puede faltar el aire y bajar la saturación de oxígeno y los enfermeros son los primeros que van a ver esto y, por lo tanto, los primeros que van a ayudarnos a manejar a estos pacientes”, expone.

    Y finaliza indicando que, los enfermeros son aquellos profesionales que están más cerca al paciente en el cuidado y manejo de los efectos secundarios y hacer que las probabilidades de fallecer por estos sean más bajas, debido que la mortalidad, por terapias celulares debe ser menor de un 5%.

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