Linfoma de células del manto, una malignidad poco frecuente pero sumamente agresiva

El linfoma de células del manto es uno de los 70 tipos diferentes de linfoma no Hodgkin que se han identificado.

Luisa Ochoa

    Linfoma de células del manto, una malignidad poco frecuente pero sumamente agresiva

    El linfoma de células del manto no es una malignidad hematológica frecuente, se estima que representa entre el 2 % al 5 % de todos los linfomas y generalmente es una en enfermedad que se presenta en adultos mayores de 65 años.

    Pese a que no es tan común, el linfoma de células del manto puede llegar a ser un cáncer realmente agresivo y afectar los ganglios linfáticos, el sistema gastrointestinal y otras áreas del cuerpo de quien lo padece.

    ¿Cómo se manifiesta el linfoma de células del manto?

    “Los pacientes con linfoma de manto usualmente pueden presentar agrandamiento de los nódulos linfáticos que pueden afectar estructuras adyacentes y pueden crear síntomas como dolor, problemas gastrointestinales y síntomas b, que son pérdida de peso, sudoración nocturna y fiebre. Si el linfoma de manto afecta la medula ósea, podría presentar anemia, plaquetas bajitas”, explicó el Dr. Cristian Rodríguez, hematólogo oncólogo.

    Debido a que el linfoma de células del manto tiende a afectar el sistema gastrointestinal, el experto mencionó que es importante hacer una endoscopia y colonoscopia para descartar que no haya envolvimiento del sistema gastrointestinal.

    Estudios que permiten el diagnóstico de la malignidad hematológica

    Sobre el diagnóstico de la condición indicó que, “cuando hay sospecha del linfoma del manto podemos comenzar con el laboratorio de sangre y con estudios de imagen como lo es un PET/CT. Muchas veces se requiere que hagamos una extracción de un ganglio para mirarlo en el microscopio y poder caracterizar la enfermedad”.

    Cabe aclarar que el linfoma de manto es una enfermedad que afecta en su mayoría a personas mayores de 65 años y no hay manera específicamente de prevenirla o reconocer qué paciente tiene más riesgo de padecerlo.

    Pese a que el linfoma se presenta en edades avanzadas, el especialista fue enfático en afirmar que este factor no debe excluir a ningún paciente de recibir terapia, ya que lo que determina la selección del tratamiento para el linfoma de células del manto, son las condiciones médicas del paciente y que tan saludable esté para recibir tratamiento.

    “Todos los pacientes con linfoma de manto deberían recibir una evaluación para un trasplante de medula ósea porque la edad no excluye a estos pacientes, sino que tan saludables estén sus órganos”, indicó.

    Terapias disponibles para el linfoma de células del manto

    Con relación a los tratamientos, existen dos modalidades como primera línea de terapia para los pacientes. Si son candidatos a recibir una terapia intensa se les administra una combinación de quimioterapia e inmunoterapia y posteriormente se les realiza un trasplante de médula ósea, mientras que si no son candidatos se pueden considerar terapias con inhibidores de BTK.

    “Después de dos líneas de terapia está la terapia celular, la cual es una de las terapias exitosas en pacientes altamente tratados y refractarios. Lo más reciente que ha obtenido aprobación de la FDA son las terapias CAR-T, son una manera de manipular los linfocitos T del paciente y hacerles que reconozcan el linfoma de manto y una vez lo reconoce, se activan estas células. Podemos ver respuestas bien altas, cerca del 90%”, explicó.

    Aunque en Puerto Rico los pacientes tienen acceso a la mayoría de primeras líneas de terapia, las de segunda o tercera línea no están disponibles actualmente. Sin embargo, se adelantan esfuerzos salubristas para permitir que los pacientes refractarios tengan mayores opciones.

    “Hoy día se está investigando hacer estas células CAR-T con linfocitos de pacientes que donan las células para hacerlos más accesibles. También se están estudiando drogas bi-específicas. Estos tratamientos son efectivos en pacientes que han pasado por dos o más líneas de terapias”, afirmó el Dr. Rodríguez.

    Más noticias de Oncología-Hematología