El estudio encontró que los pacientes de 16 a 35 años que tomaron anfetaminas en el mes anterior a su hospitalización psiquiátrica presentaban un riesgo hasta 5.28 veces mayor de desarrollar psicosis o manía.
Un reciente estudio de casos y controles ha revelado que la prescripción de anfetaminas en pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar psicosis o episodios maníacos, especialmente cuando se administran dosis elevadas.
Esta investigación, que involucró a más de 4.000 pacientes, ha encendido las alarmas entre los profesionales de salud mental, dado el uso común de estos medicamentos para tratar el TDAH.
El estudio, que analizó datos de pacientes entre 16 y 35 años ingresados en servicios psiquiátricos en Estados Unidos entre 2005 y 2019, mostró que aquellos que tomaron anfetaminas en el mes previo a su hospitalización tenían un riesgo hasta 5.28 veces mayor de desarrollar psicosis o manía, comparado con los que no tomaban estos fármacos.
Los investigadores encontraron que este riesgo era particularmente elevado en pacientes que recibían dosis altas, equivalentes a más de 30 mg de dextroanfetamina.
Según el análisis, más del 60% del riesgo de psicosis o manía en estos pacientes se atribuye al uso de anfetaminas, y este porcentaje sube al 81% en aquellos que estaban en el tercil más alto de dosis prescritas.
Sin embargo, los pacientes más jóvenes, de 22 años o menos, presentaron un menor riesgo en comparación con los mayores de 22 años.
A pesar de los hallazgos preocupantes sobre las anfetaminas, el estudio también arrojó resultados positivos para otro medicamento ampliamente utilizado en el tratamiento del TDAH: el metilfenidato.
Este fármaco no se asoció con un mayor riesgo de psicosis o manía. El análisis multivariante demostró que, tras ajustar factores como la dosis prescrita y otros posibles factores de confusión (edad, sexo, antecedentes familiares, etc.), el metilfenidato era significativamente más seguro que las anfetaminas en términos de riesgo psicótico.
Los autores concluyen que "la utilidad de una dosis prescrita de 30 mg de dextroanfetamina o más no está probada". Además, subrayan que, dado el elevado riesgo de episodios psicóticos o maníacos asociado a las anfetaminas, "esta práctica debe limitarse al máximo". En contraste, sus hallazgos sobre el metilfenidato coinciden con la mayoría de los estudios previos, los cuales sugieren que este fármaco no incrementa el riesgo de psicosis.
Las autoridades sanitarias de varios países, han emitido advertencias sobre el uso de medicamentos estimulantes en el tratamiento del TDAH. Aunque no se han identificado nuevos riesgos globales relacionados con el metilfenidato, se ha observado un uso fuera de la autorización, especialmente en adultos, lo que podría estar relacionado con la aparición de efectos adversos graves.
El tratamiento del TDAH, tanto en niños como en adultos, suele incluir medicamentos estimulantes que actúan sobre la vía dopaminérgica. Si bien estos fármacos pueden ser altamente efectivos en el manejo de los síntomas de atención y comportamiento, también tienen el potencial de desencadenar efectos adversos psiquiátricos graves si no se administran de forma adecuada.
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