La detección temprana es vital, ya que la supervivencia está significativamente relacionada con el estadio en que se diagnostique el cáncer.
Eva Grayzel, paciente de cáncer, fue diagnosticada con cáncer oral en estadio IV a los 33 años. Su historia es un recordatorio de lo importante que es estar atentos a los síntomas de esta enfermedad.
Su experiencia comenzó con una llaga en la lengua que no sanaba, un síntoma que a menudo se pasa por alto. A pesar de llevar un estilo de vida saludable, su diagnóstico fue devastador y demuestra que el cáncer oral puede afectar a personas sin factores de riesgo evidentes.
El cáncer oral, que incluye tumores en los labios, lengua, mejillas, encías y paladar, es una patología grave que afecta a una cantidad creciente de personas.
En Estados Unidos, aproximadamente 58,500 personas son diagnosticadas con cáncer oral o de orofaringe cada año, y de ellas, cerca de 12,250 fallecen a causa de esta enfermedad. La detección temprana es vital, ya que la supervivencia está significativamente relacionada con el estadio en que se diagnostique el cáncer.
Uno de los primeros signos que deben alertar a una persona es una llaga o lesión en la boca que persiste más de tres semanas. Este síntoma, que puede parecer inofensivo, debe ser evaluado por un profesional de la salud.
Las lesiones bucales que no sanan son un indicador que puede estar relacionado con el cáncer oral, y a menudo, un examen minucioso y una biopsia son necesarios para determinar la naturaleza de la lesión.
Además, otros síntomas que pueden aparecer incluyen dolor unilateral en la boca o en el oído, lo que muchas veces es subestimado. Cambios en la forma de tragar o masticar, así como dificultades para hablar, son otros signos que no deben ignorarse.
Es importante tener en cuenta que el cáncer oral puede ser asintomático en sus etapas iniciales, lo que hace que los exámenes regulares sean aún más cruciales. Muchos pacientes, como en el caso de Grayzel, pueden tener síntomas vagos que no se relacionan de inmediato con el cáncer, lo que retrasa el diagnóstico.
El tratamiento del cáncer oral varía según la etapa de la enfermedad. Por lo general, la primera línea de defensa es la cirugía, que puede implicar la extirpación del tumor y, en muchos casos, la reconstrucción de los tejidos afectados.
En el caso de Eva Grayzel, le reconstruyeron un tercio de su lengua utilizando tejido de su brazo y pierna. Posteriormente, se puede recomendar la radioterapia como tratamiento adyuvante para eliminar cualquier célula cancerosa remanente.
Sin embargo, este tratamiento puede tener efectos secundarios significativos, como dificultad para hablar o comer, lo que puede impactar gravemente la calidad de vida del paciente.
La quimioterapia también se utiliza en algunos casos, especialmente en etapas más avanzadas de la enfermedad. Este enfoque puede ser complicado y tiene sus propios efectos secundarios, por lo que debe ser personalizado y supervisado por un equipo médico experimentado.
La prevención y la detección temprana son fundamentales en el manejo del cáncer oral. Los dentistas juegan un papel crítico en esta área, ya que tienen la oportunidad de realizar exámenes de detección durante las revisiones dentales.
La Asociación Dental Americana plantea que las pruebas de detección de cáncer bucal, que requieren solo unos minutos, pueden ser decisivas para salvar vidas. Es importante que los pacientes sean proactivos en su salud bucal y realicen visitas regulares al dentista y expresando cualquier preocupación sobre lesiones o cambios inusuales en la boca.
Fuente consultada aquí.