Un reciente análisis revela que los sobrevivientes de cáncer que presentaban sobrepeso u obesidad al momento de su diagnóstico inicial enfrentan un riesgo elevado de desarrollar la diseminación a otras partes del cuerpo y formar tumores nuevos o secundarios
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Sumado a esto, la obesidad puede provocar un aumento del riesgo de enfermedades como el cáncer, la diabetes, cardiovasculares, los trastornos neurológicos, las enfermedades respiratorias crónicas o los trastornos digestivos.
En este estudio de la American Cancer Society, los investigadores evaluaron a 26.894 participantes (edad media en el momento del primer diagnóstico de cáncer: 72,2 años) de la cohorte de nutrición del Estudio de prevención del cáncer II, a quienes se les diagnosticó un primer cáncer primario no metastásico.
El índice de masa corporal (IMC) se calculó a partir de datos suministrados por los participantes en el momento del primer diagnóstico de cáncer primario; 10.713 participantes tenían un IMC normal (18,5 a < 25,0), 11.497 tenían sobrepeso (25,0 a < 30,0) y 4.684 tenían obesidad (= 30,0).
Resultados iniciales
Los resultados de la investigación determinaron que, en comparación con los participantes con un IMC normal, los que tenían sobrepeso tenían un riesgo 15% mayor de padecer un segundo cáncer (cociente de riesgo ajustado [aHR], 1,15) y un riesgo 40% mayor de padecer un segundo cáncer relacionado con la obesidad (aHR, 1,40).
Además, los que tenían obesidad tenían un riesgo 34% mayor de padecer un segundo cáncer y un riesgo 78% mayor de padecer un segundo cáncer relacionado con la obesidad.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para la salud pública y pueden aportar información para las directrices de supervivencia basadas en la evidencia para reducir el riesgo de segundos cánceres primarios entre los supervivientes de cáncer.
¿Cómo prevenir y manejar la obesidad?
Las personas pueden reducir el riesgo adoptando acciones preventivas desde antes del sobrepeso y durante el mismo. Estas incluyen:
Controlar el aumento de peso adecuado durante el embarazo.
Fomentar hábitos saludables en niños, como buena alimentación, actividad física, y un sueño adecuado, sin importar su peso.
Limitar el tiempo de pantalla.
Reducir el consumo de bebidas azucaradas y alimentos altos en calorías, y promover hábitos alimentarios saludables.
Mantener un estilo de vida sano: buena alimentación, ejercicio, sueño adecuado, y evitar tabaco y alcohol.
Limitar grasas saturadas y azúcares, y aumentar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Realizar actividad física regularmente
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