Exposición a fenoles en alimentos envasados o parabenos en champús aumentan Los conservantes de los alimentos envasados, los parabenos de los champús y el bisfenol de la vajilla de plástico, son elementos por lo que los seres humanos están ampliamente expuestos a serios problemas cardiacos.
Algunos de los fenoles ambientales tienen la posibilidad de generar toxicidad cardiaca o problemas del corazón a las personas, así lo revela un estudio sobre las propiedades eléctricas del corazón, según publican los investigadores en la revista Environmental Health.
En este caso se trata del primer estudio que analiza el impacto de la exposición al fenol en la actividad eléctrica cardiaca de los seres humanos", afirma Hong-Sheng Wang, profesor del Departamento de Farmacología, Fisiología y Neurobiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati.
Según los investigadores, uno de los objetivos del estudio realizado por electrocardiogramas y tomas de orina, era identificar cualquier cambio en los parámetros del electrocardiograma asociado a la exposición a fenoles ambientales. Según el estudio realizado el corazón se rige por la actividad eléctrica, por lo que cualquier cosa que afecte a sus propiedades eléctricas puede tener un impacto perjudicial y posiblemente provocar arritmias.
¿A quiénes afecta más los fenoles ambientales?
La investigación concluyó que una mayor exposición a algunos fenoles ambientales se asocia a una alteración de la actividad eléctrica cardiaca. Los investigadores descubrieron que una mayor exposición en las mujeres se asocia a un intervalo más largo, un retraso en el tiempo que tardan las señales eléctricas en pasar de las aurículas, en la parte superior del corazón, a los ventrículos.
En las mujeres, los investigadores identificaron una asociación entre una mayor duración del QRS, o contracción de los ventrículos, y una disfunción de los impulsos eléctricos del corazón. "Fue especialmente pronunciada en las mujeres con índices de masa corporal más elevados", añade.
Por su lado en los hombres, los investigadores descubrieron que una mayor exposición al triclocarban, lo que quiere decir que es un agente antimicrobiano, que provocaba intervalos más largos en el corazón, lo que significa que el sistema eléctrico del corazón tarda demasiado en recargarse, una situación que puede contribuir a la disfunción del ritmo cardiaco.