Según la investigación, cerca de la mitad de los médicos especialistas activos actualmente en Puerto Rico se retirarían para el año 2030.
Un análisis exhaustivo sobre el acceso a especialistas médicos en Puerto Rico y sus implicaciones futuras para el año 2030 ha revelado proyecciones preocupantes.
Según este análisis, realizado por FARO, LLC y comisionado por PIA se espera un déficit significativo de médicos especialistas activos en la isla, lo que podría impactar negativamente en la calidad y accesibilidad de la atención médica.
El estudio, titulado "Modelaje de Variables al 2030 sobre el Acceso a Médicos y Potenciales Implicaciones para la Salud Poblacional de Puerto Rico", presenta un análisis multidimensional de este fenómeno complejo y su posible repercusión en las dinámicas de salud y sociales en Puerto Rico en la próxima década.
Una de las principales conclusiones del análisis es que, para el año 2030, el número de médicos especialistas activos estará muy por debajo del nivel óptimo necesario para atender las necesidades de atención médica de la población.
Esto se debe principalmente a la cantidad esperada de retiros de médicos especialistas y a la capacidad limitada de los programas de formación médica en la isla.
El estudio también destaca que se espera que cerca de la mitad de los médicos especialistas activos actualmente en Puerto Rico se retiren para el año 2030, lo que representa un desafío significativo para la disponibilidad de atención médica especializada en la isla.
Además, la capacidad actual de los programas de adiestramiento en educación médica no es suficiente para cubrir la creciente demanda de atención médica especializada.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el acceso y la calidad del cuidado de salud en Puerto Rico. Se espera que el déficit de médicos especialistas activos resulte en retrasos en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, lo que podría llevar a un aumento en las complicaciones médicas, visitas a salas de emergencia y tasas de hospitalización.
Además, el análisis señala que este fenómeno demográfico podría tener consecuencias económicas adversas, incluyendo un aumento en el costo per cápita del cuidado de salud, pérdida de productividad y problemas con la disponibilidad de la fuerza laboral.
Ante estos desafíos, los expertos en salud pública hacen un llamado a la acción para abordar de manera proactiva y sistemática esta situación, con el objetivo de garantizar un sistema de salud sólido y accesible para todos los residentes de Puerto Rico.