Los médicos urgen la búsqueda de estrategias médicas que logren el que la intervención psicológica sea parte del tratamiento de esta población de pacientes.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
“Es necesaria y urgente la ayuda psicológica para los pacientes con enfermedad renal, pues cada vez vemos mayor depresión y menos adherencia a su tratamiento por el cambio que supone el tratamiento de hemodiálisis y diálisis peritoneal en sus vidas”.
Esta fue la conclusión que se desprende de la tercera fase de un estudio capitaneado por la Dra. Sherryl Mitchell Hernández, residente de tercer año de Medicina Interna del Mayagüez Medical Center (MMC), quien desde el oeste, ha cursado estudios que han demostrado lo deprimida que podría estar la población con enfermedades renales en los centros de diálisis.
La tercera fase del estudio de la Dra. Mitchell Hernández evidenció que pese a que los pacientes que reciben diálisis peritoneal no tienen que alterar su vida laboral, familiar ni su calidad de vida se ve tan afectada en comparación con los que reciben hemodiálisis, para la sorpresa de los médicos, el 36% de una muestra de 146 pacientes presentó síntomas de depresión, según el Inventario de Depresión de Beck, informe validado para medir la escala de depresión en pacientes.
“Estos pacientes necesitan ayuda. Es vital la ayuda psicológica para mejorar su calidad de vida y adherencia al tratamiento. Actualmente en los centros de diálisis no hay psicólogos clínicos que evalúen si estos pacientes están o no están deprimidos. Varios estudios en los Estados Unidos han demostrado que la depresión en esta población da lugar a una alta mortalidad y una tasa de hospitalizaciones más alta entre esta población”, declaró la Doctora.
“Mientras están deprimidos, estos pacientes no son muy adherentes a los tratamientos de hemodiálisis, medicamentos y dietas”, añadió.
Mientras, pacientes que reciben hemodiálisis reflejó tener depresión en un 53%, formuló la Doctora a la Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP).
“Estos pacientes tienen que ir tres veces a la semana al centro de diálisis, por cinco horas y hacerse el tratamiento para filtrar su sangre en comparación con los de diálisis peritoneal, que se hacen su tratamiento en la casa. En comparación con los pacientes con hemodiálisis, que pierden 15 horas a la semana de su trabajo para cumplir su tratamiento y esto los predispone a la depresión”, sentenció.
Más allá, una pequeña muestra extrapolada a San Juan con 22 pacientes de hemodiálisis brindó la cifra suficiente como para establecer que esta población atravesaba el mismo panorama clínico.
“Estos se deprimieron 52%.3, casi igual que la muestra de pacientes con depresión que reciben hemodiálisis en el oeste”, indicó.
Por tal razón, los médicos urgen la búsqueda de estrategias médicas que logren el que la intervención psicológica sea parte del tratamiento de esta población de pacientes.
“Basada en la investigación que hicimos, donde la depresión demuestra estar presente, es buscar las estrategias y medidas psicológicas como parte de los tratamientos a estos pacientes, para influenciar la prognosis asociada a la progresión de la enfermedad renal, la mortalidad y sus comorbilidades y también poder disminuir la tasa de hospitalizaciones”, recomendó la doctora.
“Por ejemplo, la psicoterapia conductual ha demostrado ser efectiva en pacientes deprimidos para que estos pacientes tengan mejor estado de salud y actitud y por lo tanto, tengan mejor adherencia a su tratamiento, medicamentos, cita médicas y mejorará la mortalidad, morbilidad y más allá, su calidad de vida. Tiene que haber un psicólogo entrenado para estos pacientes independientemente sea su tratamiento”, declaró.
El Dr. Milton Carrero y Dr. Efraín Flores fueron parte del estudio.