Los profesionales ya presentan signos que indican deterioro de salud mental
Susana María Rico
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, golpeó a todos los frentes y fronteras. También alcanzó a Puerto Rico, un país en el que la calidez y disposición acompañan a sus médicos y enfermas, los primeros en la línea de batalla.
Para los médicos, enfermeras y otros profesionales que se mantienen en contacto permanente con el coronavirus, el estrés y las preocupaciones no se asocian con su riesgo individual sino con el de las personas con las que tienen un contacto cercano.
"Primero hay que felicitarlos porque muchos de ellos están exponiendo su propia seguridad, salud y la de sus familias. La mayoría de médicos y enfermeras se preocupan principalmente en cómo no contagiar a sus seres queridos", explica la Dra. Ileana Fumero, especialista en psiquiatría.
Sin embargo, y como se ha evidenciado en otros países del mundo, la energía que se requiere para manejar la atención en el brote de Covid-19, requiere altas dosis. Por eso, aquellos encargados de recibir a los pacientes en salas de emergencia o de realizar las pruebas para descartar el contagio, ya presentan signos de agotamiento.
"Hemos visto que los profesionales de la salud están cansados y angustiados porque están lidiando con una situación que, quizás nunca antes, han vivido en términos de la cantidad de pacientes que requieren ser atendidos en un momento dado", afirma Fumero.
En días pasados se conoció que una enfermera italiana que atendió pacientes desde el inicio de la epidemia en ese país, uno de los más afectados, decidió suicidarse al conocer que padecía la enfermedad.
La desafortunada noticia, no sorprende. Se tienen registros parecidos ante brote de enfermedades debido a que los doctores y enfermeras se exigen de más como profesionales, temiendo no estar a la altura de la situación que se enfrenta.
Hoy en Puerto Rico, de acuerdo con la especialista, se presenta fatiga emocional y física, irritabilidad, ansiedad, sintomatología que indica deterioro de la salud mental, hecho que disminuye su capacidad de atención a las personas que lo necesiten.
"Se está recomendando que ellos mismos no minimicen sus síntomas y que no se olviden de contactar a un proveedor de salud mental para que también protejan este otro aspecto de la salud tantas veces ignorado o considerado de menor importancia", resalta la Dra. Fumero.
Adicionalmente, la doctora hizo mención a los grupos de voluntarios en salud mental. Este grupo de personas está totalmente capacitado para brindar su servicio a los colegas que deben estar en contacto con los afectados por Covid-19.
"Los médicos, enfermeras, terapistas que se sientan vulnerables deben comunicarlo de manera inmediata. Estamos entrenados para pensar que no somos vulnerables pero es entendible que en algún momento se puedan sentir exhaustos. No deben olvidar que tienen una red de apoyo que pueden buscar para evitar situaciones como la ocurrida en Italia", es el mensaje que entrega la psiquiatra a la comunidad médica.
Según la entrevistada, cada hospital o clínica de la isla cuenta con su departamento de psiquiatría, salud mental o manejo de comportamiento. Desde la parte organizacional de cada institución, ya se están activando nuevos recursos y protocolos para los proveedores de los servicios de salud.
En el caso de la población general, las medidas de aislamiento social tomadas por el gobierno, ya pasan su factura. Con el paso de los días, la zozobra, la falta de respuestas concretas y la información negativa que circula en internet y medios de comunicación son los principales factores asociados al deterioro de la salud mental.