La obsesión muscular puede llevar a comportamientos de riesgo, como alimentación sesgada y exceso de ejercicio, generando consecuencias negativas para su salud física y mental.
El fenómeno de la obsesión muscular entre niños y hombres jóvenes ha experimentado un crecimiento alarmante, impulsado especialmente por el auge de las redes sociales y una industria lucrativa de suplementos que carece de regulación.
Cada vez más, estos individuos están poniendo en riesgo su salud general al buscar aumentar su volumen corporal de manera desmesurada. Si bien es cierto que un enfoque equilibrado en el entrenamiento con pesas puede resultar positivo y saludable, se vuelve preocupante cuando la imagen corporal se convierte en una obsesión o cuando el ejercicio se vuelve excesivo.
El reconocimiento de que los niños también tienen ideales corporales es fundamental para comprender esta problemática. Jason Nagata, pediatra especializado en trastornos alimentarios en adolescentes de la Universidad de California en San Francisco, afirma que el ideal de cuerpo masculino estándar es grande y musculoso, y como resultado, muchos niños se esfuerzan por lograr esa apariencia.
Un estudio realizado por Nagata y publicado en el Journal of Adolescent Health en 2019 reveló que alrededor de un tercio de los adolescentes encuestados informaron haber intentado aumentar de peso. Además, en un artículo publicado en Current Opinion in Pediatrics en 2021, Nagata y sus coautores señalaron que aproximadamente el 22% de los adolescentes y hombres jóvenes están involucrados en comportamientos relacionados con la construcción muscular.
Señales de alerta
Una señal de alerta para los hombres jóvenes y los adolescentes es cuando el ejercicio o la elección de alimentos generan preocupaciones u obsesiones en relación con la apariencia, el tamaño corporal, el peso o el ejercicio, afectando negativamente su calidad de vida, advierte Nagata.
La pediatra Gabriela Vargas, directora del sitio web Young Men's Health en el Boston Children's Hospital, destaca que los padres deben estar atentos a los niños que se obsesionan con lo que comen, siguen dietas altamente reguladas, eliminan grupos específicos de alimentos o aumentan drásticamente su ingesta de proteínas. Un indicador nutricional preocupante es el paso de consumir un batido de proteínas al día a cinco, o tomar batidos antes y después del entrenamiento varias veces al día.
Vargas también advierte sobre la obsesión extrema por el aspecto corporal, en la cual los niños se miran en el espejo constantemente, verificando si tienen abdominales o, por el contrario, comienzan a ocultar su apariencia, sintiendo que su cuerpo no es presentable en su forma actual. Esto puede llevarlos a usar ropa más holgada para disimular.
Si los padres notan que sus hijos adolescentes están realizando un ejercicio excesivo o consumiendo suplementos de proteínas, Vargas recomienda tener una conversación abierta con ellos para comprender por qué están cambiando su comportamiento. Es importante compartir las preocupaciones y alentarlos a reducir el ejercicio y el consumo de suplementos de proteínas.
Asimismo, Vargas insta a los padres a hablar con el médico de atención primaria de sus hijos si están preocupados por su comportamiento.
El único objetivo es solo aumentar
Cuando el enfoque se centra únicamente en aumentar el tamaño muscular, los riesgos pueden ser igual de peligrosos que los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia, dice Vargas. La ingesta excesiva de proteínas a través de suplementos puede dañar el hígado y los riñones, además de afectar negativamente el equilibrio nutricional general del cuerpo.
Además de las redes sociales, también se han identificado otros factores que influyen en la percepción del cuerpo ideal entre los niños y los hombres jóvenes. Los juguetes musculosos y las figuras de acción, que presentan cuerpos con músculos exagerados, también pueden influir en su imagen corporal y aumentar la presión por alcanzar ese estándar irreal.
Es esencial que los padres estén atentos a las señales de advertencia, como la obsesión con la apariencia, los comportamientos alimentarios restrictivos y el aumento en la ingesta de proteínas a través de suplementos. Tener conversaciones abiertas y empáticas con los hijos adolescentes, alentándolos a adoptar un enfoque saludable hacia el ejercicio y el desarrollo muscular, es fundamental.
Además, es importante buscar la asesoría de profesionales de la salud, como médicos o nutricionistas, para garantizar una nutrición adecuada y un enfoque equilibrado hacia el ejercicio físico.
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