Jean Mitchelle Vélez
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Desde el año 2000 adelantó un estudio titulado ‘Boricua Youth Study (BYS), en el que se analizó la salud mental de la población puertorriqueña que vive en la zona metropolitana de la isla y de aquellos que viven en el sur del Bronx en Nueva York y que ha concluido su primera etapa.
La investigación liderada por la Dra. Glorisa Canino, quien se desempeña como adalid de un sinnúmero de estudios y ensayos en boricuas entre Estados Unidos y Puerto Rico desde hace aproximadamente 35 años, arrojó que niños entre los 5 y 13 años son más propensos a desarrollar problemas mentales debido a estresores sociales. Cabe mencionar que a los 5 años, los niños comienzan a manifestar mal comportamiento y se inician las conductas antisociales que los padres se aquejan de no lograr reprender y evitar con éxito.
Además, el BYS también apuntó que los boricuas residentes en el Bronx presentan un mayor riesgo de padecer problemas mentales, en comparación con la población residente en Puerto Rico.
Aquí se unen los factores sociales influyentes que -en los niños- son el ambiente que se crían y externo del vecindario. Muchas de las familias que viven en ghettos, donde hay mucha violencia, adictos, condiciones de viviendas horribles, que duermen en el piso y hasta sobre una toalla. Se crían con familias disfuncionales y son abusados por sus padres. Evidentemente, son situaciones que afectan la salud mental", detalló Glorisa Canino, quien agregó que el racismo también es un estresor dominante.
Sin embargo, ahora se adelanta un nuevo corte del estudio con los niños participantes, quienes se encuentran entre los 18 y 29 años. En esta fase, "están siendo estudiados en las consecuencias que desarrollaron bajo estos factores de antisociales", enfatizó la doctora.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) lanzaron una propuesta millonaria para estudiar longitudinalmente y a través de las generaciones cómo la exposición de estrés y otros químicos o cuestiones ambientales y familiares afectan el desarrollo de los niños, de los padres que fueron estudiados al inicio del segundo milenio.
Queremos ver que esos jóvenes que sufrieron estrés traumático, cómo son esos niños que muchos (del grupo estudiado) ya tienen", sostuvo la también directora del Instituto de Investigación de Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Ciencias Médicas.
Previamente se ha encontrado en gorilas que el estrés causa cambios en el cerebro, pero en los humanos no.
Nuestra hipótesis es que ese niño que pasó a adolescente lo va a transmitir epigenéticamente a sus hijos y se va a poder vislumbrar con MRIS en el cerebro. Es básicamente ver si el estrés de su papá o mamá lo transmitió a su bebé", enfatizó la catedrática.
Durante este corte, también se estarán evaluando los bebés intrauterinamente por posibles daños de estrés sufrido en el ambiente intrauterino y transgeneracional.
Este estudio arrojará qué factores afectan la salud mental de esta población completamente boricua, sin importar si son químicos, genéticos o ambientales.
Entre ambos países hay sobre 1,800 participantes desde el año 2000 y se espera que en esta nueva fase del estudio que durará hasta el 2023, se estarán impactando los hijos de 800 padres.