La transición hacia una dieta basada en plantas no tiene que ser abrupta. Se recomienda un enfoque gradual, identificando recetas que ya son mayormente basadas en plantas y realizando ajustes sencillos.
En el mes dedicado a la conciencia sobre las enfermedades inflamatorias del intestino, uno de los aspectos clave que resalta es el papel fundamental de la alimentación. Esta es una preocupación compartida no solo en esta condición, sino en muchas otras de naturaleza autoinmune e inflamatoria.
Para explorar este tema crucial, nos acompañó la Licenciada en Nutrición y Dietista certificada en Nutrición Basada en Plantas, Rubí Mendoza. Quien no guió a través del impacto antiinflamatorio que puede tener nuestra elección alimentaria.
Una alimentación basada en plantas, explica la licenciada Rubí, "se enfoca en excluir alimentos de origen animal y priorizar aquellos de origen vegetal, mínimamente procesados o sin procesar. Y agrega que "este enfoque incluye alimentos como las legumbres, la soya, las nueces y las semillas, todos ellos con propiedades antiinflamatorias y grasas saludables que benefician nuestro cuerpo".
La transición hacia una dieta basada en plantas no tiene que ser abrupta, agrega la licenciada. "Recomiendo a mis pacientes un enfoque gradual, identificando recetas que ya son mayormente basadas en plantas y haciendo ajustes sencillos. Además, modelar nuestra alimentación según patrones como la dieta mediterránea, rica en vegetales y pescado, puede ser una estrategia efectiva".
Para muchas personas, adoptar una dieta basada en plantas puede parecer radical, pero existen formas de transicionar hacia ella de manera gradual.
"Yo siempre les digo a mis pacientes que no necesitamos hacer un cambio radical de la noche a la mañana, pasando de una alimentación centrada en proteínas de origen animal y carbohidratos a una dieta completamente basada en plantas. La alimentación puertorriqueña tiende a excluir frutas, vegetales, semillas y nueces, por lo que sugiero incorporar más de estos alimentos, que son económicos y están disponibles en muchos supermercados". Enfatizó la nutrióloga.
Es importante reducir el protagonismo de las proteínas de origen animal en nuestra dieta. Otra recomendación que doy es identificar recetas que ya son casi basadas en plantas y realizar pequeños cambios para convertirlas completamente.
"Podemos tomar como ejemplo el patrón de alimentación de la dieta mediterránea, que se enfoca en alimentos de origen vegetal, mínimamente procesados y con bajo contenido de proteínas animales, especialmente pescado, que proporciona Omega tres". Explicó la licenciada Rubí.
Es esencial buscar fuentes de proteínas vegetales, como legumbres, tofu, tempeh y seitán, que proporcionan saciedad y los nutrientes necesarios para una dieta equilibrada. La clave está en la variedad y la proporción, y en incorporar gradualmente estos alimentos a nuestra rutina diaria.
La alimentación desempeña un papel fundamental en la gestión de enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Con un enfoque consciente en la elección de alimentos, podemos promover la salud y el bienestar en nuestras vidas.