La encefalitis suele desarrollarse por múltiples causas, pero suele desarrollarse debido a infecciones como el herpes, herpes zoster, enterovirus, entre otros.
La encefalitis, una patología caracterizada por la inflamación del cerebro, constituye una afección de gran importancia clínica que demanda una intervención temprana y adecuada para mitigar potenciales complicaciones severas, como la muerte en quienes la padecen.
La literatura médica define esta condición como la inflamación del parénquima cerebral, acompañada de síntomas de disfunción cerebral aguda. En muchas ocasiones, puede ser resultado de múltiples procesos patológicos, como las infecciones virales, bacterianas, parasitarias y fúngicas, así como respuestas autoinmunes.
La frecuencia de casos de encefalitis muestra variabilidad geográfica, y está muy ligada a la causa predominante en un área determinada. Sin embargo, se estima que a nivel mundial, entre 10 y 15 personas de cada 100.000 son afectadas con esta condición anualmente.
Si bien puede presentarse en cualquier edad, la incidencia suele ser más alta entre la población joven.
Las causas de la encefalitis suelen ser multifactoriales, y pueden clasificarse en infecciosas y autoinmunes.
Las infecciones virales representan una causa significativa, como el virus del herpes simple, el virus del herpes zoster, el virus del Nilo Occidental, entre otros, identificados como agentes etiológicos comunes.
Por otro lado, la encefalitis autoinmune se produce cuando el sistema inmunológico ataca erróneamente componentes del sistema nervioso central, desencadenando una respuesta inflamatoria.
La encefalitis infecciosa suele comenzar con síntomas parecidos a los de la gripe o dolor de cabeza, y evoluciona a una alteración del estado mental y problemas para pensar, recordar y razonar. De otro modo, la encefalitis autoinmune suele progresar en el transcurso de semanas.
Aún así, los síntomas varían según la zona del cerebro afectada y, en la encefalitis autoinmune, según el anticuerpo asociado.
Fiebre
Convulsiones
Dolor de cabeza
Trastornos del movimiento
Sensibilidad a la luz
Sensibilidad al sonido
Rigidez de cuello
Pérdida del conocimiento
Uno de los síntomas iniciales de la encefalitis por el virus del herpes simple, es la sensación frecuente de déjà vu (revivir algo ya vivido).
El diagnóstico de la encefalitis es complejo y requiere una evaluación clínica integral junto con pruebas de laboratorio y estudios de neuroimagen.
La punción lumbar para el análisis del líquido cefalorraquídeo, la resonancia magnética cerebral y el electroencefalograma son herramientas diagnósticas fundamentales en la evaluación de pacientes con sospecha de encefalitis.
El manejo terapéutico de la encefalitis se basa en la identificación y tratamiento de la causa subyacente. Los antivirales y antibióticos son fundamentales en el tratamiento de las formas infecciosas, mientras que la inmunoterapia puede ser indicada en casos de encefalitis autoinmune.
El control de las convulsiones y el manejo de los síntomas neurológicos son aspectos importantes en el abordaje clínico de estos pacientes.
El pronóstico de la encefalitis puede variar ampliamente, desde la recuperación completa hasta la presencia de secuelas neurológicas permanentes o incluso la muerte.
La detección temprana y el tratamiento adecuado son determinantes en el desenlace clínico.
La prevención de la encefalitis se centra en medidas como la vacunación, la adopción de prácticas higiénicas adecuadas y la reducción de la exposición a vectores que transmiten enfermedades infecciosas.
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