Las enfermedades de transmisión sexual con mayor incidencia en Puerto Rico son la sífilis, clamidia y gonorrea, además del VIH, la hepatitis C, hepatitis B y el VPH.
La incidencia de las enfermedades de transmisión sexual se posicionan como una problemática de salud pública, debido a la cantidad de poblaciones que afecta y los retos que implican para la salud.
Por ello, en exclusiva para ´Expertos en Salud´ y la Revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Oscar Soto, moderador y presidente de la Fundación FER conversó con el Dr. Gabriel Cotto sobre las infecciones más frecuentes en Puerto Rico y medidas de prevención esenciales para combatir su propagación.
Vea el programa completo.
"En Puerto Rico, en las más comunes se debería siempre mencionar la sífilis, clamidia y gonorrea, pero también debemos mencionar las otras que siguen siendo vigentes como VIH, la hepatitis C, hepatitis B y el virus del papiloma humano (VPH)", mencionó el Dr. Cotto.
La sífilis, particularmente, ha venido en aumento durante los últimos años por encima de otras enfermedades como la clamidia y la gonorrea. No obstante, estas tres afecciones mantienen las alertas encendidas no solo por su prevalencia, sino por las complicaciones que pueden generar si no se tratan de la manera adecuada.
"Se ha hablado del aumento de sífilis, pero es que estamos detectando más casos porque estamos haciendo más estudios. Incluso, en la forma de hacer los estudios estamos detectando la enfermedad en diferentes estadios".
Si bien es cierto que todo individuo sexualmente activo que no use protección está a riesgo de contraer una infección, en Puerto Rico la población más afectada por la sífilis es aquella entre los 20 y los 30 años de edad, según datos del Departamento de Salud.
Por otro lado, y como es bien sabido, existe un estigma referente a las enfermedades de transmisión sexual dada su alta incidencia en la población homosexual, sin embargo, no son exclusivas de estas prácticas.
"Siempre mencionamos los hombres y sus interacciones con otros hombres sexualmente, pero también hemos visto intercambios heterosexuales, mujeres con hombres, en los que se han visto casos reportados y que vienen en incremento".
Los métodos de barrera, como los condones, siguen siendo una de las formas más efectivas de prevenir la transmisión de ETS. Sin embargo, reconoce que no siempre son los más utilizados, y es necesario ampliar el diálogo sobre opciones preventivas.
"Hay que abrir nuestro diálogo y conocer más a nuestro paciente. Eso es importante, porque igual, yo creo que esa comunicación es esencial para que esto se dé de la forma adecuada, donde el paciente pueda comunicarle a su proveedor de salud cuáles son sus preferencias, qué le gusta hacer, porque no todo tiene que ser lo tradicional".
Una de las novedades en el campo de la prevención es el uso de doxy PEP, un antibiótico que puede reducir significativamente el riesgo de contraer sífilis, clamidia y gonorrea tras una exposición sin protección.
Este medicamento es accesible y ha mostrado ser una herramienta importante en la prevención de ETS, especialmente en situaciones donde las prácticas sexuales no incluyen el uso de condones.