El fármaco podría actuar sobre la fibrosis y la inflamación, proporcionando un mecanismo plausible para sus efectos terapéuticos en la alopecia cicatricial crónica y otros trastornos de alopecia fibrosante.
Un reciente estudio retrospectivo realizado en la Universidad Johns Hopkins ha revelado que la metformina, un medicamento comúnmente utilizado para la diabetes tipo 2, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la alopecia cicatricial centrífuga central (CCCA), una condición inflamatoria crónica del cuero cabelludo.
El análisis incluyó a 12 mujeres negras de entre 30 y 50 años diagnosticadas con CCCA refractaria a tratamientos convencionales. Estas pacientes, que habían estado recibiendo tratamientos previos como clobetasol tópico, minoxidil compuesto e inyecciones de plasma rico en plaquetas, comenzaron un régimen de metformina oral de liberación prolongada (500 mg diarios) después de al menos 6 meses de tratamiento sin mejora significativa.
Se realizaron biopsias del cuero cabelludo en cuatro pacientes antes y después del tratamiento con metformina para evaluar cambios en la expresión genética. Los síntomas clínicos, incluyendo prurito, inflamación, dolor y crecimiento del cabello, fueron monitorizados durante el tratamiento.
Los resultados mostraron una mejora clínica significativa en ocho de las pacientes, que experimentaron una reducción del dolor, prurito, inflamación y resistencia del cuero cabelludo.
Seis pacientes mostraron signos de recrecimiento del cabello tras al menos 6 meses de tratamiento. El análisis transcriptómico reveló que la metformina provocó la sobreexpresión de 34 genes, incluyendo 23 proteínas asociadas con la queratina del cabello y vías relacionadas con la queratinización, el desarrollo de la epidermis y el ciclo del cabello.
Además, se observó una sobreexpresión de ocho genes involucrados en la organización de la matriz extracelular, la organización de las fibrillas de colágeno y el metabolismo del colágeno.
Los datos mostraron una reducción en la expresión de vías relacionadas con la transición epitelial-mesenquimal y células T helper 17, junto con una señalización aumentada de la adenosina monofosfato quinasa y proteínas asociadas a la queratina.
Sin embargo, dos pacientes reportaron un empeoramiento de sus síntomas, y una paciente experimentó pérdida de cabello nuevamente 3 meses después de suspender la metformina.
Los autores del estudio sugieren que la metformina podría actuar sobre la fibrosis y la inflamación, proporcionando un mecanismo plausible para sus efectos terapéuticos en la alopecia cicatricial crónica y otros trastornos de alopecia fibrosante.
No obstante, los investigadores advierten que se necesitan ensayos clínicos aleatorizados, prospectivos y controlados con placebo para evaluar rigurosamente la eficacia de la metformina y determinar la dosis óptima para el tratamiento de las alopecias cicatriciales.
El estudio presenta varias limitaciones, incluyendo el pequeño tamaño de la muestra, el diseño retrospectivo, la falta de un grupo de control con placebo y el entorno de un solo centro. También se destaca la ausencia de una escala validada para medir la actividad o gravedad de CCCA y el muestreo único posterior al tratamiento, que limita la evaluación y comparación de los síntomas clínicos y cambios transcriptómicos.
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