Académicos de Yale y la PUCPR colaboran en investigación sobre neurociencia y música para adultos mayores

Uno de los programas más destacados de esta investigación es el "Therapeutic Dance Improving Cognitions and Emotions" (Baile Terapéutico para la Cognición y la Emoción), que utiliza música latina como herramienta principal.

Katherine Ardila

    Académicos de Yale y la PUCPR colaboran en investigación sobre neurociencia y música para adultos mayores

    Puerto Rico se ha convertido en el escenario de un proyecto histórico de colaboración entre la Universidad de Yale y la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, enfocado en la neurociencia y su relación con el deporte y la música en adultos mayores

    Este esfuerzo conjunto reúne a académicos de Puerto Rico, China y Yale, quienes están ofreciendo conferencias y talleres en la isla para explorar cómo estas disciplinas pueden mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

    El investigador Freddy Ramírez, cofundador y presidente ejecutivo de la Brain Peace Science Foundation, aliada de Yale, y la doctora Ana Gratacoso Rodríguez, estudiante de maestría en neurociencias integradas y aplicadas de la Pontificia Universidad Católica, lideran esta iniciativa. 

    Ambos coinciden en lo importante que es este proyecto, que combina la neurociencia, el deporte y la música latina para beneficiar a una población que envejece rápidamente, como es el caso de Puerto Rico.

    Puedes ver el programa completo aquí. 

    Un proyecto histórico con impacto global

    Freddy Ramírez describió este proyecto como "histórico", ya que es la primera vez que Yale establece una alianza de este tipo con una universidad de la región. "Estar aquí en la Pontificia Universidad Católica es más que un honor. Esto traerá avances significativos en la ciencia, la medicina y las artes", afirmó. 

    El proyecto incluye a estudiantes de educación física, artes marciales, medicina y neurociencia, tanto de Puerto Rico como de China y Estados Unidos.

    Ramírez explicó que Puerto Rico fue elegido como sede debido a su clima tropical y la necesidad de terapias nuevas para su población envejecida. "El Caribe es el mejor lugar para recibir este tipo de terapias. No es lo mismo ir a un invierno a recibir terapia que venir a un país tropical", señaló. 

    Baile terapéutico con música latina: una innovación científica

    Uno de los programas más destacados de esta investigación es el "Therapeutic Dance Improving Cognitions and Emotions" (Baile Terapéutico para la Cognición y la Emoción), que utiliza música latina como herramienta principal. 

    "Es el primer estudio científico que se utiliza 100% música latina", explicó Ramírez. A diferencia de estudios previos que han empleado música clásica, como la de Beethoven, este enfoque aprovecha la diversidad rítmica de la música caribeña y latinoamericana.

    "La música latina tiene una influencia impresionante de la música africana. Además, recordemos que cuando hablamos de colonización, estamos hablando de Centroamérica, Suramérica y América del Norte. Cuando unimos toda esta fusión y la utilizamos para dar terapia, es la combinación perfecta", afirmó.

    Sin embargo, aclara que “no estamos diciendo que la otra música no funciona”. 

    El programa incluye géneros como “baladas, boleros, que es muy de nosotros;  pero luego tenemos un merengue, tenemos una salsa y tenemos una cumbia. Imagínense cómo ese cerebro se está activando en todas las áreas. Esa fue la clave del éxito del programa", agregó.

    Resultados prometedores en adultos mayores

    Los resultados preliminares del estudio, que comenzó en 2015, han sido presentados recientemente en Puerto Rico. Ramírez compartió que los participantes, adultos mayores de entre 60 y 96 años, mostraron mejoras significativas en su movilidad y cognición. 

    "Las personas que utilizaban andadores dejaban de usarlos, y quienes usaban bastones también los dejaban atrás", dijo. Estos avances se observaron en períodos de tres a doce meses.De hecho, según sus palabras, “hay adultos mayores que de un 3 - 4% que tenían de movilidad, aumentaron hasta un 22 - 28%”. 

    Ana Gratacoso Rodríguez, por su parte, explicó que la neurociencia estudia cómo el cerebro procesa las experiencias corporales y cómo éstas generan cambios cerebrales. "Cada vez que tenemos una experiencia nueva, ya sea escuchar una canción o hacer ejercicio, eso crea cambios en el cerebro. Esa es un área que podemos aprovechar para la rehabilitación", indicó.

    Además, compartió otra de las muchas razones por las cuales se llevó a cabo este estudio en la isla, y es que “debemos pensar en los mayores, ya que Puerto Rico es el cuarto país de más adultos mayores en el mundo. Esto es una estadística que podemos encontrar a través de la red de AARP. Nosotros tenemos que buscar maneras de que estas personas se mantengan saludables”. 

    Impacto en Puerto Rico y más allá

    La experta destacó que "No queremos que las personas de 60 o 70 años comiencen de repente a hacer ejercicios, sino que desde los 40 o 50 años ya se tomen medidas para mejorar la salud física y mental", afirmó.

    El estudio también ha involucrado a participantes de diversas nacionalidades, incluyendo estadounidenses, indios e ingleses, lo que demuestra la universalidad de la música y su impacto emocional. 

    "La música es universal. No importa de dónde seas, la sensación que produce es única", dijo Ramírez. Incluso los estudiantes chinos, conocidos por su disciplina, han respondido positivamente a los talleres. "Ellos han reaccionado muy bien porque les encanta. Los movimientos son fáciles de entender y la emoción que conlleva el movimiento los hace sentir bien", agregó.

    Un llamado a la acción para una sociedad más activa

    Gratacoso hizo hincapié en la importancia de combatir el sedentarismo, un problema que afecta a todas las edades. El ejercicio, combinado con la música y la socialización, puede prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia.

    "Si mantenemos un ejercicio constante desde que somos jóvenes, una alimentación correcta y socializar, podemos evitar hasta un 45% el riesgo de desarrollar estas enfermedades", afirmó Gratacoso. 

    El objetivo final del proyecto es implementar estos talleres en centros de cuidado de ancianos y comunidades, beneficiando no solo a los pacientes, sino también a los cuidadores. "Queremos un Puerto Rico con adultos mayores sanos y saludables", concluyó.



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