Por qué el lipedema y las ´piernas gruesas´ no son lo mismo: ¿Cómo diferenciarlas?

El lipedema es una enfermedad crónica que afecta principalmente a mujeres y provoca la acumulación anormal de grasa en las piernas, causando dolor, inflamación y alteraciones estéticas.

Laura Guio

    Por qué el lipedema y las ´piernas gruesas´ no son lo mismo: ¿Cómo diferenciarlas?

    El lipedema es una afección aún desconocida por gran parte de la sociedad y muchos profesionales de la salud. La presidenta de la Asociación de Afectadas de Lipedema de España (ADALIPE), Alba González Martín, ha hecho un llamado urgente a visibilizar esta enfermedad crónica, que causa una acumulación anormal de grasa en las piernas y, en algunos casos, también en los brazos. 

    La falta de conocimiento sobre el lipedema, tanto entre los médicos como en la población general, lleva a que muchas mujeres sufran diagnósticos erróneos. González Martín, quien también es paciente de lipedema, ha subrayado que el diagnóstico suele llegar tarde, generalmente entre los 30 y 40 años, cuando los síntomas iniciales, como el dolor en las piernas, pueden haber comenzado ya en la pubertad. En algunos casos, la enfermedad también puede aparecer después de un embarazo o durante la menopausia.

    ¿Cuál es la diferencia entre lipedema y piernas gruesas?

    El lipedema se caracteriza por una serie de síntomas distintivos que lo diferencian del simple sobrepeso:

    • Dolor crónico: A diferencia de la grasa común, la grasa asociada al lipedema es dolorosa al tacto y suele generar una sensación constante de pesadez e incomodidad.

    • Hinchazón persistente: La hinchazón en el lipedema no mejora con el descanso ni con la elevación de las piernas, a diferencia de la hinchazón habitual, que suele aliviarse con estas medidas.

    • Piel moteada: La piel en las áreas afectadas presenta un aspecto irregular, con pequeñas manchas de coloración variable, que pueden darle un tono marmóreo.

    • Tendencia a moratones: Las personas con lipedema son más propensas a desarrollar moretones con facilidad, lo que indica una mayor fragilidad de los capilares.

    Tratamientos disponibles

    Aunque el lipedema no tiene cura conocida, existen tratamientos que pueden ayudar a las pacientes a gestionar los síntomas y mejorar su calidad de vida. El tratamiento conservador incluye un enfoque integral que combina varios métodos:

    • Alimentación antiinflamatoria: Los pacientes deben seguir una dieta que minimice la inflamación, aunque los alimentos específicos que la desencadenan pueden variar entre individuos.

    • Medias ortopédicas de compresión: Aunque estas medias son fundamentales para aliviar la presión y mejorar la circulación, no están cubiertas por la sanidad pública.

    • Ejercicio y fisioterapia: Realizar ejercicio moderado y someterse a drenajes linfáticos realizados por fisioterapeutas ayudan a reducir el dolor y la sensación de pesadez.

    • Terapias avanzadas: Algunos hospitales han comenzado a utilizar terapia de rayos de choque, una opción prometedora para aliviar los síntomas.

    Por otro lado, el tratamiento quirúrgico se emplea en casos más graves de lipedema. Consiste en una liposucción especializada que extrae cuidadosamente la grasa acumulada. Sin embargo, esta intervención no está cubierta por el sistema público de salud, salvo en circunstancias excepcionales. Aunque la liposucción mejora la estética y reduce la grasa, la enfermedad sigue siendo crónica y requiere un tratamiento conservador posterior.

    El diagnóstico precoz es clave para evitar complicaciones graves

    Uno de los mayores riesgos del lipedema es su evolución hacia linfedema, una condición en la que los canales linfáticos se obstruyen, provocando un edema doloroso y crónico. González Martín señala que un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado podrían evitar no solo el dolor y el sufrimiento de las pacientes, sino también el desarrollo de comorbilidades que agraven la situación.

    Actualmente la falta de visibilidad y el desajuste de los protocolos autonómicos y nacionales con respecto al lipedema llevan a que muchas mujeres no reciban la baja laboral cuando lo necesitan o, en su caso, no se les remunere adecuadamente. Esta falta de apoyo institucional agrava aún más la situación de las afectadas.

    A pesar de su alta prevalencia, la falta de información y recursos adecuados sigue siendo un problema grave. La presidenta de ADALIPE concluye su mensaje destacando la importancia de que las autoridades y los profesionales sanitarios no dejen a las afectadas "desamparadas" y que se implementen políticas públicas que faciliten el diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos efectivos.

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