En algunos casos, el prolapso rectal puede presentarse con sangrado rectal e incontinencia fecal.
El prolapso rectal hace referencia al debilitamiento y salida del recto a través de la abertura anal que puede ser parcial o completa.
Si bien no hay una causa clara para esta afección, se ha relacionado con una abertura agrandada causada por la relajación de los músculos en el piso pélvico que está formado de músculos alrededor del recto, y músculos sueltos.
Asimismo, distintos estudios clínicos han demostrado que el envejecimiento, la constipación crónica y las alteraciones de la anatomía pélvica desempeñan un papel importante en el desarrollo del prolapso rectal.
El síntoma principal del prolapso rectal es la presencia de una masa rojiza (revestimiento interno del recto), especialmente después de una deposición. El paciente también puede presentar sangrado rectal e incontinencia fecal.
Para confirmar el diagnóstico, los profesionales de la salud realizan un tacto rectal, así como colonoscopias y pruebas de sangre (si se presenta hemorragia).
Es frecuente que algunos menores puedan padecer un prolapso temporal del revestimiento rectal solamente, producto de un esfuerzo excesivo en alguna deposición. Sin embargo, en adultos el prolapso rectal tiende a hacerse persistente y puede empeorar con el paso del tiempo, de modo que sigue desplazando gran parte del mismo fuera del organismo.
En bebés y niños pequeños, se administra un laxante emoliente para eliminar el impulso de pujar. Sin embargo, también se ha demostrado que Aplicar una banda para sostener las nalgas juntas entre deposiciones suele favorecer la autorecuperación del prolapso en estos casos.
Por el contrario, en adultos, el prolapso rectal requiere intervención quirúrgica. Se trata de una cirugía abdominal, denominada rectopexia, en la que se levanta el recto y se une al hueso sacro en la pelvis.
Otra de las opciones disponibles es la extirpación de un segmento del hueso, y la saturación al hueso sacro de la parte restante.
Actualmente, es común acudir al baño con el teléfono celular para consultar las redes sociales, jugar en el dispositivo o ver videos, desconociendo el riesgo potencial de estar sentado en el inodoro por mucho tiempo.
Este fue el caso de un hombre en China, que llegó a urgencias presentando un prolapso rectal. Según su relato, presentaba una serie de complicaciones de la salud, y acudió al baño donde se distrajo con su teléfono hasta que sintió que ´parte de sus intestinos se salieron´.
Esto se dio porque el paciente presentaba problemas estomacales desde la infancia y sufría de distensión estomacal, sin embargo, por estar tanto tiempo en el inodoro, est problema se agravó.