Luego de la neuroadaptación un paciente puede llegar a la compulsión porque solo siente placer ingiriendo alcohol.
El alcoholismo es una condición crónica, recurrente y deteriorante que no se resuelve con regaños públicos o discursos moralistas, afirmó hoy el Dr. José Pons, psicólogo forense, doctorado en psicología clínica y experto en la materia.
Pons, hablando para la Revista de Medicina y Salud Pública, se refirió al caso del cantante puertorriqueño Manny Manuel, protagonista de un incidente en que falló al presentarse alegadamente ebrio a un espectáculo municipal en Naranjito, lo que provocó amplias reacciones públicas.
El científico destacó que el caso de Manny no es único y en condiciones similares al artista, hay médicos, abogados, religiosos, y trabajadores de todo tipo. "Amonestar públicamente a una persona como ocurrió en un programa de televisión reciente para provocar vergüenza, no es la solución", dijo el destacado experto.
"Lo que hizo la Comay fue lacerar al perro herido, pero pudo esta figura de la televisión crecerse y decirle a Manny Manuel que había que llevarlo a una clínica especializada en Estados Unidos. El problema es que la adicción es una condición crónica que es deteriorante, y aumentarle al dolor al paciente, lo lleva a consumir más licor" declaró.
La adicción al alcohol, explicó, produce disforia y activa circuitos de emergencia que se ponen en acción cuando existe peligro. La falta de alcohol del que es adicto genera un estado de alarma en el cuerpo humano.
El alcoholismo, añadió, tiene varias etapas. La primera, explicó es una de intoxicación que es peligrosa porque está avalada socialmente pero además genera una actitud de excitación de placer con la activación de neurotransmisores. "Cuando esto se repite puede llegar el momento en que una persona no puede sentir placer si no consume alcohol. Esto se llama neuroadaptación y es la base de la adicción", explicó.
La neuroadaptación cambia la conducta de los seres humanos y el cerebro ya no funciona a base de refuerzos positivos. "Funciona a base de refuerzos negativos que significan que tiene que consumir alcohol, porque si no va a tener ansiedad, estrés y se siente terriblemente mal. Esto es insoportable. La persona puede salir de allí solo con ayuda y hospitalización", manifestó.
El especialista agregó que a esta etapa de dependencia se llega consumiendo heroína en tres semanas, pero en alcoholismo se eleva a esta condición en diez o quince años. Expertos han llamado a este estado hiperactifia y es una condición similar a una persona que está en estado de terror. La primera parte de la adicción trabaja con la dopamina que "pone a la gente a gozar", pero esta segunda fase impacta la amígdala, el hipocampo y activa el circuito de estrés ,presente en un estado de pánico.
Pons indicó que luego de la neuroadaptación un paciente puede llegar a la compulsión que domina a los seres humanos porque solo sienten placer ingiriendo alcohol. Argumentó que la función normal del placer que se genera mediante una neuroquímica estable está inhibida.