Mujeres con gota reciben menos orientación sobre el autocontrol de la enfermedad, según un estudio

Un estudio revela que hombres y mujeres con gota reciben diferentes tipos de asesoramiento sobre el autocontrol de la enfermedad. A pesar de recibir menos orientación las mujeres son más propensas a adoptar estas recomendaciones.

Laura Guio

    Mujeres con gota reciben menos orientación sobre el autocontrol de la enfermedad, según un estudio

    La gota es una forma de artritis que se caracteriza por ataques repentinos y graves de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o más articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie. La aparición repentina de síntomas generalmente por la noche.

    La gota ocurre cuando se acumulan cristales de urato en una articulación, lo que causa inflamación y dolor intenso en un ataque de gota. Los cristales de urato pueden formarse si tienes niveles altos de ácido úrico en la sangre.

    ¿Cuáles son los síntomas?

    - Dolor intenso en las articulaciones, especialmente en el dedo gordo del pie, pero también puede afectar tobillos, rodillas, codos, muñecas y dedos. El dolor es más intenso en las primeras horas.

    - Molestias persistentes tras el dolor más intenso, que pueden durar días o semanas, con ataques posteriores más prolongados y más articulaciones afectadas.

    - Inflamación, enrojecimiento y calor en las articulaciones.

    - Limitación en el movimiento de las articulaciones a medida que avanza la enfermedad.

    Investigación muestra disparidades en el asesoramiento sanitario

    En un estudio transversal publicado en la revista BMC Musculoskeletal Disorders, se observó que hombres y mujeres diagnosticados con gota reciben asesoramiento desigual por parte de los profesionales sanitarios en cuanto al autocontrol de su enfermedad.

    El estudio abarcó a 868 pacientes con gota, de los cuales un 20% eran mujeres, y se centró en la comparación de las recomendaciones que estos pacientes recibieron sobre cambios en su dieta y estilo de vida.

     Los resultados mostraron que las mujeres tenían menos probabilidades de recibir orientación sobre cambios dietéticos y sobre cómo manejar mejor su condición, a pesar de ser ellas quienes experimentaron una percepción más negativa de la enfermedad.

    La percepción de la enfermedad es más grave en mujeres

    Las mujeres tendieron a calificar su enfermedad como más grave que los hombres (con una diferencia estadísticamente significativa), a pesar de que ambos grupos reportaron un número similar de brotes en el último año.

    Sumado a eso, las mujeres informaron de un mayor impacto de la enfermedad en su calidad de vida, especialmente en aspectos como el sueño y la marcha, lo que puede influir en cómo manejan la enfermedad y buscan soluciones.

    El estudio también mostró diferencias importantes en los hábitos de vida entre hombres y mujeres con gota. Las mujeres tenían una mayor prevalencia de obesidad (34% frente al 22% de los hombres), lo que podría influir en la gravedad de los síntomas y las recomendaciones médicas. 

    Por otro lado, los hombres presentaron tasas más altas de consumo de alcohol (87% frente al 64% de las mujeres) y consumían mayores cantidades de alcohol (más de cinco bebidas semanales en un 42% de los hombres frente a un 10% de las mujeres). 

    Estos comportamientos podrían haber influido en las recomendaciones que recibieron los pacientes, ya que el alcohol y la obesidad son factores de riesgo conocidos para la gota.

    Las mujeres siguen mejor los consejos dietéticos, a pesar de recibir menos orientación

    A pesar de recibir menos asesoramiento sobre dietas y control de peso, las mujeres mostraron una mayor adherencia a las recomendaciones cuando se trataba de modificar su dieta. El estudio encontró que un mayor porcentaje de mujeres redujo el consumo de alimentos ricos en purinas, como mariscos, carne y vísceras, comparado con los hombres

    También fue notable que el 48% de las mujeres disminuyó el consumo de alcohol, frente al 44% de los hombres. Estos hallazgos destacan cómo, a pesar de la falta de orientación específica, las mujeres podrían estar más comprometidas con los cambios necesarios para controlar la enfermedad.

    El estudio presenta varias limitaciones, como la falta de información detallada sobre la medicación y la limitada participación de los pacientes contactados. Los resultados también podrían no ser aplicables a otros sistemas de atención sanitaria.


    Fuente consultada aquí y aquí


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