Además de la artritis psoriásica; el lupus, la artritis reumatoide, la dermatomiositis o el el Síndrome de Raynaud son algunos ejemplos de enfermedades con signos reumáticos en la piel.
En Puerto Rico y Estados Unidos, las afectaciones de la piel que se desarrollan en pacientes con afecciones articulares constituyen la primera causa de consulta a reumatólogos. Un ejemplo de esto es la artritis psoriásica, una condición artrítica que afecta a los pacientes de psoriasis.
"Como reumatólogos debemos siempre entender que la piel guarda una relación muy importante con las articulaciones", argumentó el Dr. Guillermo Valenzuela, reumatólogo y pasado presidente de la Sociedad de Reumatología de la Florida, en exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública.
Las enfermedades reumatológicas producen inflamación como consecuencia de mecanismos autoinmunes, de este tejido conectivo. La piel suele ser uno de los principales órganos afectados por estas enfermedades, y a menudo las lesiones que presentan son, por lo general, el primer signo clave de su diagnóstico.
"A nosotros como reumatólogos, la piel nos brinda la oportunidad de hacer diagnósticos para algo que está sucediendo dentro", mencionó.
Otros ejemplos claros de esta relación, son el síndrome de Raynaud, enfermedad de Still, la vasculitis, la urticaria o los signos cutáneos del lupus, como el rash o la alopecia, y debemos tener en cuenta que, la mayoría de estas condiciones, tienen naturaleza autoinmune.
A su vez, el Dr. Oscar Soto-Raíces, reumatólogo y presidente de la Fundación FER, recordó la importancia de asistir periódicamente con un especialista ante la aparición repentina de lesiones o marcas en piel.
"Siempre recordar que esa evaluación de algo nuevo que sale en la piel, es importante y nos puede dar mucha información".
Enfermedades sistémicas y manifestaciones cutáneas
Ahora bien, es importante tener en cuenta que la piel posee un doble origen embriológico ectomesodérmico, por lo que se relaciona con todos los órganos y sistemas del organismo.
En el caso de las erupciones cutáneas asociadas a la artritis reumatoide, la literatura médica señala que esta reacción se debe a la inflamación de los vasos sanguíneos. A menudo, se presentan como parches rojos de diferentes tamaños, sensación de dolor, hinchazón de la piel y picazón.
Sin embargo, en los casos más avanzados, la erupción de artritis reumatoide puede formar úlceras o lesiones.
Son protuberancias sólidas que se forman justo debajo de la piel, que varían de tamaño. Suelen aparecer en áreas del cuerpo con músculo o hueso.
Generalmente, los nódulos no causan dolor, aunque se pueden tratar directamente para reducir su tamaño. En casos poco comunes, puede ser necesario realizar una cirugía para extirpar el nódulo, especialmente si está infectado.
Algunas personas que padecen artritis reumatoide pueden experimentar urticaria crónica o recurrente en la piel. Aunque se asemeja a una erupción causada por medicamentos, la urticaria puede desarrollarse sin la influencia de estos. Los alergólogos han identificado la urticaria inexplicable como un síntoma asociado con la artritis reumatoide.
Por otro lado, el livedo reticularis es una afección cutánea que ocasionalmente se relaciona con la artritis reumatoide. Aunque no es común, algunas investigaciones sugieren que ciertas condiciones subyacentes podrían desencadenar esta afección.
El livedo reticularis suele considerarse una erupción inofensiva que se manifiesta o se acentúa en climas fríos. Este fenómeno se produce debido a espasmos en los vasos sanguíneos, que generan un patrón de líneas púrpuras similares a una red en la piel.
Además, el livedo reticularis puede provocar otras complicaciones, como úlceras, nódulos dolorosos y decoloración. También podría indicar la presencia de enfermedad vascular periférica o la formación de coágulos en los vasos sanguíneos.