Hasta hace muy poco, la especialista se mantuvo liderando y participando en iniciativas científicas y gubernamentales en pro de la salud de los puertorriqueños.
Con más de 30 años de trabajo y de incansable dedicación en el campo de la neurología, la Dra. Ana Judith Román se posiciona como una de las figuras líderes de la ciencia y la salud de Puerto Rico.
Su trayectoria como la primera mujer neuróloga y subespecialista en electroencefalografía de la isla, reconocieron a la Dra. Román como un referente de la neurología por sus invaluables aportes a la sociedad puertorriqueña. Por ello, desde la Revista Medicina y Salud Pública, hoy resaltamos una vez más su historia y su legado.
Durante toda su trayectoria, la especialista trabajó bajo la premisa de que cada paciente es más que un caso clínico. "Eso es un lema que te recalcan en todos los estudios médicos, acuérdate que tú eres más persona que médico", afirmaba.
Mantener este principio esencial fue un pilar en su vida profesional, recordando siempre que, antes de ser médico, era una persona que servía a los demás con empatía y respeto.
En un principio, la Dra. Román no pensaba estudiar medicina. Sin embargo, guiada por el firme ejemplo de su madre, descubrió desde temprana edad el valor de la educación y la superación personal.
En su vida, su mamá fue una figura crucial que cultivó en ella el deseo constante de aprender y crecer, impulsándola a trascender sus propios límites, lo que permitió, no solo que alcanzara sus metas académicas y profesionales, sino que también sembró en ella la semilla del compromiso social y la responsabilidad hacia su comunidad.
"Mi madre no dejó pasar una oportunidad en la que pudiera estimularme a aprender algo diferente, algo nuevo", mencionó en anteriores conversaciones exclusivas con la Revista Medicina y Salud Pública.
Como mujer, madre, hija, esposa y profesional, la Dra. Ana Judith reconocía los desafíos que le supuso encontrar un equilibrio entre su carrera profesional y su vida personal.
Aún así, aunque aseguraba que fue complejo, estaba convencida de que era posible encontrar este balance, asumiendo con responsabilidad su rol en la sociedad y en su hogar. Su capacidad para gestionar múltiples roles con determinación, es un ejemplo para todas las futuras generaciones de mujeres en la medicina.
"Con el solo hecho de ser mujeres tenemos una responsabilidad no solo con nosotras mismas sino con nuestros hijos y ese reflejo lo tenemos que extender a la sociedad".
Desde sus primeros años en Río Piedras, hasta su destacada formación en Europa y Estados Unidos, el historial académico es sinónimo de perseverancia por parte de la especialista quien, a pesar de los obstáculos, contribuyó significativamente al avance de la medicina en Puerto Rico.
A pesar de su reciente partida, la Dra. Román continúa siendo una fuente de inspiración y conocimiento, especialmente para los estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.
