En una entrevista exclusiva con el Dr. William Lugo, director médico del Hospital San Juan Capestrano, se exploran los retos actuales que enfrenta Puerto Rico en el manejo de la esquizofrenia. La falta de acceso a atención temprana, la estigmatización y la escasez de psiquiatras son solo algunos de los factores que afectan el tratamiento de esta enfermedad mental.
La esquizofrenia, un trastorno mental crónico y severo, sigue afectando a un porcentaje significativo de la población en Puerto Rico. Aunque la prevalencia en la isla se mantiene dentro de los rangos internacionales, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado continúan siendo una tarea difícil debido a múltiples factores sociales, económicos y de infraestructura.
El Dr. William Lugo, director médico del Hospital San Juan Capestrano, compartió con nosotros un panorama detallado de los desafíos a los que se enfrenta la comunidad médica en Puerto Rico al tratar esta condición.
Prevalencia y factores socioeconómicos que influyen en la esquizofrenia
En términos de prevalencia, el Dr. Lugo aseguró que la situación en Puerto Rico no ha cambiado significativamente en los últimos años. "En general, el porcentaje de pacientes con esquizofrenia en Puerto Rico se mantiene entre un 3 y un 10 %, similar a lo que ocurre a nivel global. No ha habido un aumento notable, sino que se mantiene dentro de esos rangos", explicó.
Sin embargo, el médico subrayó que existen factores socioeconómicos que pueden influir en la cronicidad y el desarrollo de la enfermedad. "Los problemas sociales como la falta de acceso a servicios de salud y la dificultad para conseguir medicamentos afectan gravemente el tratamiento y la evolución de la enfermedad. Aunque no podemos decir que la incidencia en Puerto Rico sea más alta que en otras partes del mundo, lo que sí vemos es que los pacientes aquí tienen una condición más severa debido a estas dificultades", apuntó Lugo.
La estigmatización y el uso de sustancias: barreras en el diagnóstico
El diagnóstico temprano es crucial para el tratamiento efectivo de la esquizofrenia, pero en Puerto Rico existen barreras significativas que dificultan este proceso. Según el Dr. Lugo, uno de los mayores obstáculos es la estigmatización. "Muchos pacientes no buscan ayuda psiquiátrica porque temen ser juzgados. En muchas ocasiones, los familiares también son reacios a aceptar que su ser querido tiene una condición psiquiátrica, lo que retrasa aún más la intervención", explicó.
Además, el Dr. Lugo destacó que la comorbilidad, el hecho de que los pacientes a menudo sufran de otros trastornos simultáneamente y el abuso de sustancias también complica el diagnóstico. "En Puerto Rico hay un uso extendido de sustancias como marihuana, cocaína, heroína y fentanilo, lo que puede inducir síntomas psicóticos. Esto hace más difícil determinar si la persona está experimentando una psicosis inducida por sustancias o si está realmente desarrollando esquizofrenia", comentó Lugo.
Uno de los problemas más graves que enfrenta Puerto Rico es la escasez de psiquiatras, una situación que ha empeorado en los últimos años. "La emigración de psiquiatras hacia Estados Unidos ha dejado un vacío muy grande. Cada año graduamos entre seis y ocho psiquiatras en Puerto Rico, pero muchos se van porque las ofertas salariales y la calidad de vida en la isla no son competitivas. Esto ha generado una gran escasez de profesionales para atender a los pacientes", explicó Lugo.
Además, el Dr. Lugo señaló que la disponibilidad de medicamentos para tratar la esquizofrenia es limitada. "En Puerto Rico tenemos un problema con los formularios de las aseguradoras. En algunas ocasiones, hay medicamentos que son eficaces pero no están disponibles porque no están aprobados por las aseguradoras locales. Esto limita el tratamiento de nuestros pacientes, que a menudo no tienen acceso a los fármacos más adecuados para controlar su condición", afirmó.
Otro aspecto que preocupa al Dr. Lugo es la dificultad que enfrentan los pacientes de áreas rurales para acceder a atención psiquiátrica. "Las personas que viven en pueblos más alejados de los centros urbanos tienen muchas más dificultades para encontrar psiquiatras. Esto contribuye a que lleguen a los hospitales en estados mucho más graves, lo que podría haberse evitado con una intervención más temprana", explicó.
El Dr. Lugo subrayó que la clave para mejorar el tratamiento de la esquizofrenia en Puerto Rico es la intervención temprana y la concientización. "Es fundamental que los médicos de atención primaria y la población en general estén mejor informados sobre los primeros signos de la esquizofrenia. La detección temprana puede marcar una gran diferencia en el pronóstico del paciente", aseguró.
El Dr. Lugo destacó la importancia de programas como el que ofrece el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, dirigido a pacientes con primer episodio psicótico. "Es un programa excelente, pero el problema es que en muchos casos, el primer episodio psicótico se pierde en el camino. Los familiares no buscan ayuda, o el paciente se pierde en el sistema de atención primaria antes de llegar a un psiquiatra", dijo.
El reto de integrar la salud mental en el sistema de salud general
El Dr. Lugo también abordó la necesidad de una mejor integración de la salud mental en los servicios médicos generales. "Cuando la salud mental no está integrada en los centros de salud primaria, se pierde la oportunidad de identificar y tratar la esquizofrenia de manera temprana. Aunque en algunos lugares, como los centros 330, se tiene un psiquiatra a tiempo completo, en muchos otros centros la atención psiquiátrica sigue siendo limitada", concluyó.
Para el Dr. Lugo, la solución no solo pasa por aumentar el número de psiquiatras, sino también por mejorar el acceso a servicios de salud mental y educar a la población sobre la importancia de la intervención temprana. "Necesitamos trabajar en conjunto con los médicos primarios, concientizar a la población y garantizar que haya más recursos disponibles para aquellos que más lo necesitan. Si no actuamos ahora, seguiremos viendo pacientes que llegan tarde a recibir tratamiento, cuando ya es más difícil manejar la enfermedad", finalizó.