Si bien es cierto que el trasplante autólogo de médula ósea está indicado para todos los pacientes, la selección para este procedimiento se basa en la capacidad física del paciente.
El mieloma múltiple, una enfermedad hematológica caracterizada por la proliferación descontrolada de células plasmáticas en la médula ósea, afecta cada año a miles de pacientes en todo el mundo.
A pesar de ser un tipo de cáncer incurable, los avances en el tratamiento, en particular el trasplante autólogo de médula ósea, han permitido que los pacientes puedan controlar la enfermedad y disfrutar de una mejor calidad de vida.
"El problema surge cuando estas células, en lugar de multiplicarse solo en respuesta a una infección, comienzan a reproducirse sin control, afectando la médula ósea y debilitando los huesos", explicó en exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública el Dr. Alexis Cruz Chacón, Director del Centro de Trasplante de Médula Ósea del Hospital Auxilio Mutuo.
Este proceso no solo puede causar fracturas y dolor óseo, sino que también afecta la capacidad del cuerpo para producir sangre de manera adecuada, lo que puede llevar a complicaciones graves como insuficiencia renal y problemas del sistema nervioso.
El trasplante autólogo de médula ósea, en el que se utilizan las propias células madre del paciente, se ha convertido en una de las opciones más efectivas para prolongar el control de la enfermedad.
"Todos los pacientes con mieloma múltiple son candidatos para el trasplante. A pesar de los avances en las inmunoterapias y otras terapias dirigidas, el trasplante sigue siendo una de las herramientas más poderosas para controlar la enfermedad a largo plazo", aseguró.
Sin embargo, no todos los pacientes son aptos para el procedimiento. Según el Dr. Cruz Chacón, la selección de candidatos no se basa en la edad, sino en la condición física de cada paciente.
"Evaluamos a fondo las condiciones adicionales que puedan tener, como diabetes o hipertensión, y aseguramos que estén bajo control antes de proceder con el trasplante. El trasplante requiere que el paciente tenga una buena función orgánica, ya que la quimioterapia de alta intensidad que se utiliza puede ser muy agresiva para aquellos con enfermedades descontroladas".
El tratamiento del mieloma múltiple suele comenzar con una combinación de fármacos, incluidas las terapias dirigidas y los esteroides. Sin embargo, para lograr un control más profundo de la enfermedad, se recurre al trasplante autólogo de médula ósea.
"Este procedimiento nos permite administrar quimioterapia de alta intensidad, lo que aumenta las probabilidades de eliminar cualquier célula cancerosa residual que haya resistido el tratamiento inicial. Es como una limpieza profunda de la médula ósea", describió el Dr. Cruz Chacón.
Antes del trasplante, se recolectan las células madre del paciente para poder "rescatar" la médula ósea una vez que la quimioterapia haya hecho su efecto. Esto garantiza que el paciente pueda recuperar su capacidad de producir células sanguíneas de manera saludable, minimizando el riesgo de recaída.
Uno de los mayores beneficios del trasplante autólogo de médula ósea, según el especialista, es la capacidad para prolongar el tiempo de control de la enfermedad.
"Aunque no podemos decir que el trasplante cure el mieloma múltiple, sí podemos decir que mejora significativamente el control de la enfermedad. En algunos casos, los pacientes pueden estar libres de enfermedad por varios años".
Los estudios muestran que, en promedio, los pacientes que se someten a trasplante pueden estar sin recaídas durante tres o cuatro años. "Es un tiempo valioso en el que la enfermedad se mantiene controlada. Incluso cuando la enfermedad regresa, el tiempo de control logrado con el trasplante es mayor que sin él".
Aunque el trasplante autólogo es un procedimiento relativamente seguro, con una tasa de mortalidad inferior al 3%, no está exento de riesgos. "Las complicaciones más comunes están relacionadas con la quimioterapia de alta intensidad, que puede causar náuseas, vómitos, diarrea, mucositis y afectar órganos vitales como el corazón, pulmones, hígado y riñones",
A pesar de estos riesgos, la recuperación completa suele ocurrir en un período de tres meses. "El primer mes es el más crítico, pero después del tercer mes, la mayoría de los pacientes ya han recuperado su salud y pueden retomar sus actividades diarias", aseguró el especialista.
Según el Dr. Cruz Chacón, las nuevas inmunoterapias y terapias dirigidas han mejorado las tasas de éxito de los trasplantes, al permitir que los pacientes lleguen al procedimiento con una cantidad mínima de enfermedad.
"Cuanto mejor controlada esté la enfermedad antes del trasplante, mejor le irá al paciente", puntualizó.
Además, los avances en el manejo de infecciones y las estrategias de monitoreo post-trasplante han contribuido a mejorar los resultados a largo plazo.
"Hoy en día, contamos con equipos multidisciplinarios que incluyen no solo hematólogos y oncólogos, sino también infectólogos, internistas y enfermeras especializadas, lo que ha mejorado significativamente la atención del paciente", afirmó el Dr. Cruz Chacón.