Los inmunosupresores predisponen a los pacientes a infecciones, por lo que deben seguir algunas restricciones, como el uso de mascarillas.
Los trasplantes pueden ser una alternativa de tratamiento para múltiples condiciones que afecten el correcto funcionamiento, en este caso de los riñones, como la enfermedad renal crónica, fallo renal, entre otros.
Y si bien el procedimiento es la clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes, la importancia de esta labor se extiende hasta el periodo postoperatorio y a los cuidados que se deben mantener tras ser sometido a un trasplante de riñón.
Es una conversación exclusiva que sostuvo el Dr. Pedro Hernández, director quirúrgico del Programa de Trasplante de Riñón del Hospital Auxilio Mutuo, con la Revista Medicina y Salud Pública, el especialista mencionó que son estos fármacos los que permiten llevar a cabo el procedimiento.
"La inmunosupresión es lo que hace posible el trasplante", enfatizó. "En las últimas 4 o 5 décadas, se han ido sobrepasando con avances en la inmunosupresión, que son los medicamentos que damos para disminuir la capacidad de responder a infecciones, que es como el cuerpo reconoce el órgano cuando hacemos un trasplante de riñón".
Además, el especialista agregó que es importante mantener un monitoreo en los pacientes que reciben este tipo de terapia, por los efectos secundarios que podrían desencadenar.
Aún así, señala que "los resultados que se han logrado con la última ´receta´, que es triple terapia para que esos riñones funcionen, es espectacular".
La tecnología y los avances más recientes, en comparación de cómo era hace unas décadas atrás, han facilitado la recuperación en estos pacientes. Sin embargo, la recuperación individual es muy relativa y depende del estado de salud del paciente.
"Los pacientes que más rápido se van del hospital después del trasplante, están 3 o 4 días en el hospital". Sin embargo, la mayoría de pacientes permanecen hospitalizados por una semana, y en casos especiales como la tercera edad o un estado de salud delicado, este tiempo aumenta.
Al abandonar el centro médico para continuar con la recuperación en casa, los especialistas sugieren al paciente mantener reposo y procurar quedarse en casa; en primer lugar, por lo que un trasplante de órganos significa para el organismo, y en segundo lugar, por el riesgo a contraer infecciones oportunistas.
"Como estos medicamentos (inmunosupresores) disminuyen el sistema inmunológico en el primer mes, recomendamos que estén un poquito más en su casa para que no se expongan a hacinamientos, y que usen mascarilla si tienen que salir en ese tiempo".
Además, es importante también evitar la exposición prolongada al sol, debido al aumento de riesgo de desarrollar malignidades debido a la inmunosupresión.
"Son consejos de salud general que damos a cualquier persona, de control de colesterol o la presión, pues se les indica a ellos también".
Según el portal del American Kidney Fund, los trasplantes renales provenientes de donantes vivos duran un promedio de 15 a 20 años, mientras que los órganos de donantes cadavéricos tienden a tener una vida funcional promedio de 10 a 15 años.
Por ello, y para optimizar el funcionamiento del órgano, se recomienda mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, ejercicio físico constante, evitar las infecciones, cuidar la cicatriz y cuidar también de la salud sexual y reproductiva.
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