La investigación se realizó entre la Ponce Health Sciences University y la Universidad de Duke.
Los pacientes al momento de recibir el diagnóstico positivo de cáncer sufren un aumento de hormonas del estrés que conduce a estados psicológicos alterados, así lo ha confirmado una investigación realizada por la Ponce Health Sciences University, y la Universidad de Duke.
Por ello, este grupo de investigadores encontró que el estrés crónico afecta el funcionamiento del tratamiento de células T en pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado, un hecho que cambia el proceso de tratamiento en los pacientes y que podría, en opinión de los médicos, impactar negativamente en el resultado.
“El trabajo de nuestro equipo sugiere que el estrés crónico promueve una mayor respuesta inflamatoria”, así lo han mencionado en su investigación, que incluye que los datos preliminares muestran una proporción alterada de células T y una expresión heterogénea de marcadores de agotamiento en pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado (HGSOC).
En el estudio participaron un total de 66 pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado a quienes les midieron los niveles de citoquinas, mostrando que el estrés sí influye en significativamente en los tumores.
En el documento indican que las citocinas inflamatorias en tumores quimiorresistentes y recurrentes identificadas como eotaxina, IL-6 e IL-7, que generan alteraciones en el cuerpo de estos pacientes.
En la prueba metanefrina, la cual sirve medir los niveles de las sustancias llamadas metanefrina y normetanefrina en la sangre, los investigadores encontraron que estos se correlacionaron positivamente con las citocinas protumorales e inflamatorias identificadas como SCD40L, FGF-2 y MIP1a.
Por otro lado, las células T CD8+ derivadas de ascitis tratadas con epinefrina mostraron una coexpresión disminuida de CD38 y Granzima B, lo que indica, de acuerdo a lo expresado por los autores, que sí hay un papel de las hormonas del estrés en la supresión de la actividad de las células T.
Lo que los lleva a concluir que:
*Los tumores quimiorresistentes y recurrentes se asociaron con un aumento de citocinas proinflamatorias.
*Los niveles altos de metanefrina se correlacionaron con citoquinas protumorales más altas.
*La estimulación con epinefrina disminuyó la función de las células T CD8+ en la ascitis de los pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado.
En resumen, estos datos sugieren un papel del estrés en la inmunosupresión y pueden afectar la eficacia de las terapias que tienen como objetivo restaurar la función de las células T.
El Instituto Nacional de Cáncer indica que en esta terapia los médicos realizan transferencia de células T es un tipo de inmunoterapia que ayuda al sistema inmunitario a combatir mejor el cáncer.
Agrega la misma institución que hay dos tipos principales de terapia de transferencia de células T: terapia con linfocitos infiltrantes tumorales (o LIT) y terapia de células T con CAR. En los dos tipos de terapia se obtiene una muestra de células inmunitarias, se cultivan grandes cantidades de estas células en el laboratorio y luego se devuelven estas células al paciente por medio de una infusión.
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