El paciente experimentó alivio inmediato tras el procedimiento, que implicó la eliminación de la materia fecal acumulada y la administración de un enema.
Un paciente de 78 años acudió al servicio de urgencias presentando diarrea por rebosamiento durante dos días. A pesar de haber recibido tratamiento médico en el centro de salud comunitario, el dolor abdominal persistía, así como la distensión en la zona, incapacidad para comer, junto con una secreción continua de heces blandas y amarillentas.
Sin embargo, negó distensión anal, incontinencia urinaria, fiebre y otros síntomas. El paciente informó de antecedentes médicos de cardiopatía coronaria y degeneración lumbar. Llevaba mucho tiempo viviendo en una residencia de ancianos sin tomar medicación últimamente. Además, su movilidad estaba restringida a la cama o a una silla de ruedas.
Los signos vitales del paciente estaban dentro de los parámetros normales. Sin embargo, se observó una leve hinchazón en el abdomen, acompañada de sensibilidad en el cuadrante inferior izquierdo y una zona endurecida en forma de cordón.
Durante el examen rectal, se encontró una marcada acumulación de materia fecal seca a una profundidad de 3 cm. Se descartaron anomalías en el corazón, los pulmones y el sistema nervioso tras una evaluación exhaustiva.
Los análisis de sangre, orina y heces, así como los de función hepática y renal, no mostraron irregularidades. Una tomografía computarizada (TC) abdominal reveló una cantidad significativa de materia fecal en el colon recto, acompañada de una dilatación considerable en el colon proximal, donde se detectó una interfaz de aire-líquido en el colon ascendente.
Después de confirmar la estabilidad de los signos vitales del paciente y la ausencia de hemorragia en la mucosa rectal, se decidió utilizar un dispositivo médico innovador, el Disimpactioner, para el tratamiento.
El Disimpactioner es una herramienta en espiral fabricada con alambre de acero inoxidable desechable. Está compuesto por un cabezal, un vástago y un mango, junto con una bolsa de sellado transparente diseñada específicamente para el procedimiento.
El procedimiento se llevó a cabo con el paciente en posición lateral. Después de colocar todos los componentes en la bolsa sellada, se fijó esta en la región perianal, asegurando una alineación adecuada con el ano. A través del puerto operativo de la bolsa, el operador introdujo ambas manos en los guantes integrados para acceder al área de trabajo.
Tras lubricar el Disimpactioner y el área anal, se introdujo suavemente en el orificio anal, girándolo metódicamente. Una vez dentro, se extrajo lentamente, llevándose consigo la masa fecal descompuesta, y se depositó en una bolsa sellada. Este proceso se repitió tres veces. Posteriormente, se administraron 60 ml de enema en el recto. Después de un período de espera de 5-8 minutos, el paciente logró expulsar las heces residuales.
El paciente experimentó un alivio inmediato de sus síntomas después del tratamiento. No se observó la presencia de heces líquidas amarillas del ano, y no se reportaron reacciones adversas. Un examen radiográfico abdominal no mostró dilatación del colon ni heces residuales.
Tras el procedimiento, el paciente fue dado de alta y continuó siendo monitoreado por un médico en su residencia de ancianos. Durante los siguientes 3 meses, no se registraron más episodios de impactación fecal en el paciente.
La impactación fecal es un trastorno digestivo que ocurre cuando una cantidad significativa de heces endurecidas se acumula en el intestino y no puede ser expulsada. Esta condición afecta a personas de todas las edades, pero los ancianos que residen en centros de atención son particularmente susceptibles, con aproximadamente el 50% experimentando este problema anualmente.
La impactación fecal es una de las principales razones de ingreso hospitalario y aumenta tanto la morbilidad como la mortalidad. Identificar y tratar la impactación fecal de manera temprana es crucial para prevenir complicaciones graves. Sin embargo, algunos síntomas poco comunes, como la diarrea por desbordamiento, pueden no reconocerse inicialmente como signos de impactación fecal.
En casos leves, los enemas y los laxantes osmóticos, como el polietilenglicol, son tratamientos efectivos. Sin embargo, en casos graves o resistentes al tratamiento, pueden ser necesarias intervenciones más invasivas. En los pacientes ancianos, la cirugía puede resultar más perjudicial. Aunque la endoscopia es una opción menos invasiva, conlleva el riesgo de hemorragia y perforación. A continuación, se presenta un caso de impactación fecal con diarrea por desbordamiento como síntoma inicial.
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