El estudio constó del seguimiento de un caso de cáncer de seno triple negativo a una paciente, por más de 5 años.
Un nuevo estudio de un caso de cáncer de mama triple negativo, demostró cómo las células cancerígenas presentan múltiples alteraciones genéticas, pero también de proteína y procesos celulares que les permiten evadir las defensas del organismo y las inmunoterapias.
Este estudio, liderado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature, se centró en un caso por más de 5 años. Los investigadores siguieron de cerca la evolución genética del tumor y la respuesta del sistema inmunológico en una paciente, proporcionando una visión detallada de la enfermedad en su progresión.
"El seguimiento de la paciente ha sido único tanto por el tiempo de seguimiento como por la cantidad de muestras y parámetros estudiados. Hemos mirado hasta el último rincón del tumor y del sistema inmunitario de la persona durante más de 5 años", explica Leticia De Mattos-Arruda, oncóloga de IrsiCaixa durante el estudio, autora principal senior del artículo y actualmente en BioNTech.
Uno de los hallazgos más significativo del estudio fue la observación de que, si bien la respuesta inmunitaria contra el cáncer se mantuvo constante, las células cancerosas exhibieron una notable complejidad genética que les permitió evadir la acción del sistema inmunológico.
"Queríamos entender cómo logra el sistema inmunitario luchar contra el cáncer en cada etapa de la enfermedad y qué mecanismos hacen que, más adelante, las defensas no sean capaces de vencerlo", remarca De Mattos-Arruda.
El análisis meticuloso incluyó el examen de 112 muestras, que abarcaban desde el tumor primario, hasta las metástasis en diferentes etapas de la enfermedad, lo que permitió a los investigadores observar una gran variabilidad genética e inmunitaria, tanto dentro de cada tumor, como entre las diferentes metástasis.
"Hemos estudiado muestras secuenciales de sangre, tumor primario y metástasis con técnicas multiómicas, que permiten acceder a toda la información de los genes, las proteínas e incluso la composición celular de las muestras", indica Núria de la Iglesia, coautora e investigadora en IrsiCaixa. "Obtener toda esa cantidad ingente de datos y darle un sentido ha sido lo más difícil".
El estudio reveló una amplia variabilidad genética e inmunitaria entre los tumores primarios y las metástasis, lo que permite a las células cancerosas evadir las defensas del cuerpo.
Estos mecanismos de evasión actúan en sinergia dentro del tumor, lo que impulsa la progresión de la enfermedad a pesar de los esfuerzos del sistema inmunológico. El equipo identificó neoantígenos tumorales que podrían ser objetivos para futuros tratamientos, incluida una mutación en el gen p53 que activa las defensas contra el tumor.
Sin embargo, se enfatiza que una sola terapia no es suficiente debido a la complejidad y dinámica del cáncer, por lo que se aboga por el desarrollo de terapias combinadas que aborden múltiples mecanismos de evasión inmunitaria simultáneamente.
"El cáncer es un proceso dinámico y existen múltiples mecanismos que evolucionan y convergen, incluso dentro de un mismo paciente. Esto demuestra que el enemigo al que nos enfrentamos es muy inteligente", sostiene De Mattos-Arruda.
"Además, el reloj molecular avanza a ritmos diferentes cuando nos encontramos en etapas avanzadas, haciendo que las terapias de precisión sean más difíciles de aplicar. Por eso es necesario desarrollar terapias que permitan bloquear diversos mecanismos de evasión inmunitaria al mismo tiempo y que ataquen al cáncer por diferentes flancos", concluye.
Fuente consultada aquí.