Este síndrome puede llevar a largo plazo a la privación de sueño y el deterioro de la salud mental.
Expertos en salud femenina discutieron los factores que causan dificultades en el sueño de las mujeres a través de un análisis de los problemas específicos que suelen presentar.
Durante una mesa sobre "Diferencias de género en trastornos de movimiento y comportamiento durante el sueño", los médicos evidenciaron dos problemas específicos que son el síndrome de piernas inquietas y el trastorno del sueño REM.
Al respecto, la Dra. Laura Lillo, codirectora del Programa de Medicina del Sueño, destacó que la incidencia del síndrome de piernas inquietas es más alta en mujeres. Se observa una relación de entre 2 y 3 mujeres afectadas por cada hombre, lo que implica que la cantidad de casos en mujeres es casi 3 veces mayor.
A pesar de que los síntomas son similares en hombres y mujeres, los estudios sugieren que las mujeres muestran puntajes más altos en las escalas de gravedad del trastorno. La neuróloga sugirió que esto podría deberse a que las mujeres tienen una mayor capacidad para identificar los síntomas sensitivos o tienen más probabilidad de comunicarlos.
Factores que llevan al Síndrome de Piernas Inquietas
"El principal factor que favorece el síndrome de piernas inquietas en las mujeres son las gestaciones, de manera que a mayor número de embarazos (al menos hasta el tercero), mayor incidencia de este síndrome. Esto apunta claramente al rol de los factores hormonales que favorecen el síndrome de piernas inquietas en este grupo de población", explicó.
Ahondando en el factor hormonal y su potencial impacto en otras etapas de la vida femenina, como la menopausia, la especialista explicó que en ese caso la relación es más compleja.
"En la menopausia, a pesar de la caída de estrógenos y progestágenos, se observa un aumento de la prevalencia y la gravedad del síndrome de piernas inquietas. Por tanto, son necesarios más estudios para aclarar cómo actúa el factor hormonal, ya que no se trata de una implicación directa, sino más complicada", destacó.
Con relación al abordaje de esta patología, la Dra. Lillo se refirió a las consecuencias a medio y largo plazos de un síndrome de piernas inquietas no diagnosticado o infratratado.
"La primera es la privación del sueño, lo que lleva a una menor atención y al consecuente riesgo de accidentes de tráfico o laborales. A largo plazo, la privación de sueño también afecta a la capacidad cognitiva y al estado de ánimo, de ahí que los pacientes con síndrome de piernas inquietas tengan 10 veces más riesgo de padecer depresión, así como un riesgo de suicidio multiplicado por tres".
Trastorno de conducta del sueño REM en mujeres
Aunque al contrario de lo que ocurre con el síndrome de piernas inquietas, el trastorno de conducta del sueño REM es mucho más prevalente en hombres, el hecho de que su diagnóstico se realice a partir de la sospecha clínica puede provocar que las mujeres que lo padecen estén infradiagnosticadas, explicó la Dra. Ana Fernández Arcos, neuróloga.
La especialista analizó la relación de este trastorno con la edad (se manifiesta con mayor frecuencia a partir de los 50 años) y con el desarrollo a largo plazo de enfermedades neurodegenerativas.
"Se trata de una parasomnia reconocida como un síntoma prodrómico de enfermedades neurodegenerativas, como enfermedad de Parkinson, demencia por cuerpos de Lewy o atrofia multisistémica, caracterizadas por el depósito anómalo de alfa-sinucleína. Estas enfermedades tienen como factor de riesgo principal la edad, siendo típicas de la edad adulta", añadió.
Anticipar la neurodegeneración
Respecto a las últimas evidencias sobre la relación de este trastorno con el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, la Dra. Fernández se refirió a un estudio multicéntrico reciente en el que se confirman los trabajos previos en cuanto al riesgo de enfermedades neurodegenerativas que reflejan un riesgo del 74 % durante un seguimiento mayor a 12 años y una tasa de conversión del 6 % por año.
En el caso concreto del trastorno de conducta del sueño no REM, la especialista destacó que el hecho de que los pacientes puedan encontrarse en estadios muy tempranos de enfermedades neurodegenerativas los convierte en candidatos idóneos para estudiar futuros tratamientos que puedan detener o frenar el curso de la enfermedad.
"En este sentido, es necesario que el desarrollo de fármacos neuroprotectores sea igualitario para hombres y mujeres. Este enfoque más global es clave para avanzar a nivel científico y para poder encontrar una forma más igualitaria en los tratamientos, mejorando así la calidad de vida de nuestros pacientes", añadió la especialista.
La Dra. Lillo apuntó: "En lo que respecta al síndrome de piernas inquietas, si conociéramos las diferencias de sexo podríamos establecer perfiles clínicos más ajustados a los pacientes, evaluando la respuesta de cada uno a los tratamientos disponibles para, en el futuro, ofrecer una terapia más personalizada".
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