Según el especialista, cada vez más menores de 50 años son diagnosticados con enfermedad renal crónica.
La insuficiencia renal crónica (CKD, por sus siglas en inglés) y las enfermedades cardiovasculares son dos condiciones que frecuentemente se presentan juntas, creando un círculo vicioso que complica el manejo clínico de los pacientes.
En una entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública, el nefrólogo Dr. Eddie Rodríguez, señaló que las enfermedades renales pueden contribuir a la acumulación de placa en los vasos sanguíneos que, posteriormente, pueden generar obstrucciones.
"La insuficiencia renal crónica no solo es una condición debilitante en sí misma, sino que también acelera la aterosclerosis, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades coronarias", explicó.
Sin embargo, no está del todo claro el mecanismo de desarrollo de esta relación. "Es como el dilema del huevo y la gallina; no sabemos con certeza si la enfermedad cardíaca precede a la enfermedad renal o viceversa. Lo que sí es seguro es que estas dos enfermedades están intrínsecamente conectadas, y una alimenta a la otra, incrementando la mortalidad en estos pacientes".
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Uno de los aspectos más preocupantes de la enfermedad renal crónica es que, en sus primeras etapas, pasa desapercibida.
"Lamentablemente, en las etapas tempranas de la enfermedad renal, el paciente no presenta ningún síntoma. Más del 75% de los pacientes no sabe que tiene enfermedad renal hasta que es demasiado tarde".
La detección temprana se realiza a través de pruebas de laboratorio, que a menudo no se hacen de manera rutinaria. No obstante, es importante señalar que estos exámenes deben ser frecuentes y regulares, especialmente en grupos de riesgo como los paciente diabéticos, hipertensos o mayores de 30 años.
"El monitoreo de la orina es clave, ya que la proteína en la orina es uno de los primeros marcadores de daño renal".
La enfermedad renal crónica y las condiciones cardiovasculares están condicionadas por factores genéticos pero también, y en gran medida, por hábitos de vida poco saludables como la mala dieta, la falta de ejercicio y el tabaquismo.
"El cigarrillo causa daños sistémicos que afectan directamente a los riñones. A veces, al observar un sonograma renal, puedo identificar si un paciente fuma, solo por los daños visibles en sus riñones."
Un dato alarmante que compartió el Dr. Rodríguez es el incremento en la cantidad de pacientes jóvenes que desarrollan insuficiencia renal y terminan en diálisis.
"Aproximadamente el 50% o más de los pacientes en diálisis en Puerto Rico tienen menos de 50 años. Estamos viendo cada vez más pacientes jóvenes con enfermedad renal significativa."
Este aumento se atribuye en gran parte a los malos hábitos de vida que prevalecen en la sociedad actual, como la falta de ejercicio, el consumo de alimentos poco saludables, y la creciente popularidad del vapeo entre los jóvenes.
"Cambiar nuestro estilo de vida puede evitar caer en una condición renal. Incluso en pacientes con predisposición genética, adoptar hábitos saludables puede proteger los riñones y permitir una vida más larga y saludable", señaló el especialista. También es importante generar el sentido de conciencia y educación en la población sobre la relación entre estas dos condiciones que, de no tratarse, pueden afectar gravemente la calidad de vida de los pacientes.
"Si logramos que los pacientes comprendan el control que pueden tener sobre su salud a través de cambios en su estilo de vida, podríamos reducir significativamente la incidencia de estas enfermedades", concluye.