Una investigación desarrollada en los Estados Unidos abarcó datos entre 2005 y 2016 con 12.813 participantes para establecer algunos detalles de esta relación.
Un reciente análisis de la encuesta estadounidense National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) genera un debate relevante y destaca la necesidad de estudios a largo plazo para confirmar el riesgo de padecer enfermedad reumática tras el consumo de lácteos.
Fue así como esta encuestadora entregó una posible conexión entre el consumo semanal de estos productos y disminución en las probabilidades de desarrollar artritis reumatoide.
Causas de la artritis reumatoide
La artritis reumatoide es un trastorno crónico que provoca dolor, inflamación, rigidez y disminución de la movilidad en las articulaciones, además, puede generar fatiga, fiebre ocasional y pérdida de apetito. A su vez, se considera una afección desencadenada por la combinación de factores genéticos y ambientales. Si bien se ha especulado sobre el impacto de los productos lácteos, estudios previos no eran tan concluyentes.
Diseño del estudio
Para el desarrollo de la investigación la NHANES abarcó datos entre 2005 y 2016, cada dos años, de pacientes de 20 años o más durante 1 de los 6 ciclos de encuesta, en los que se analizaron respuestas relacionadas con la frecuencia del consumo de lácteos en los últimos 30 días y la presencia de artritis reumatoide, para lo que se consideraron datos sociodemográficos y clínicos en los análisis.
Una relación inversa entre consumir lácteos y desarrollar artritis reumatoide
De los 12.813 participantes, 1.252 tenían diagnóstico de artritis reumatoide, predominante en mujeres y personas mayores de 60 años (62,9 % con 60 años o más y el 55,7 % eran mujeres).
Aquellos que consumían lácteos con mayor frecuencia tenían una probabilidad significativamente menor de haber sido diagnosticados con esta enfermedad, por lo que se observó una tendencia inversa entre el nivel de consumo de lácteos y el diagnóstico de artritis reumatoide.
A su vez, los subgrupos identificados con un mayor consumo incluyen individuos con mayor nivel educativo, estadounidenses de origen mexicano y aquellos que consumían alcohol.
Necesidad de futuras investigaciones
Estos resultados añaden un matiz interesante al debate sobre los lácteos y la artritis reumatoide, sin embargo, la firma encuestadora aclara que se necesita profundizar con estudios longitudinales para establecer relaciones causales definitivas.
De hecho, algunos estudios señalaban una asociación entre el consumo de lácteos y la actividad de la enfermedad, aunque la validez de estos hallazgos se ha cuestionado ante la falta de consenso en estudios observacionales.
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