Los investigadores descubrieron que una producción excesiva de quinurenina, provocada por la actividad de la IDO1, reducía el metabolismo de la glucosa en los astrocitos, células cerebrales que proporcionan apoyo metabólico a las neuronas.
Un fármaco desarrollado inicialmente para tratar el cáncer ha mostrado un gran potencial como tratamiento para las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer en su etapa temprana, según un reciente estudio realizado por un equipo internacional de investigadores de Penn State, la Universidad de Stanford y otras instituciones.
Los hallazgos del estudio, publicados en la revista Science, sugieren que los inhibidores de la enzima indol2,3-dioxigenasa 1 (IDO1), actualmente en desarrollo para tratar varios tipos de cáncer, podrían reutilizarse para combatir la enfermedad de Alzheimer.
La investigación reveló que al bloquear la actividad de la IDO1, los científicos lograron rescatar la memoria y mejorar la función cerebral en modelos preclínicos que simulan la patología del Alzheimer.
Según la Dra. Melanie McReynolds, coautora del estudio y titular de la Cátedra Dorothy Foehr Huck y J. Lloyd Huck de Bioquímica y Biología Molecular en Penn State, estos resultados muestran un gran potencial para orientar los inhibidores de IDO1, que ya están siendo desarrollados para el tratamiento del cáncer, hacia el tratamiento del Alzheimer en sus primeras etapas.
Esta condición, que afecta a millones de personas en todo el mundo, es la forma más común de demencia y se caracteriza por la pérdida progresiva e irreversible de sinapsis y circuitos neuronales, lo que afecta las áreas del cerebro relacionadas con el pensamiento, la memoria y el lenguaje.
Actualmente, los tratamientos disponibles se centran en controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad, pero no existen terapias aprobadas para prevenir su aparición.
El estudio se enfocó en la enzima IDO1, responsable de descomponer el triptófano en un compuesto llamado quinurenina, iniciando así una reacción en cadena conocida como la vía de la quinurenina (KP), que es crucial para la provisión de energía celular al cerebro.
Los investigadores descubrieron que una producción excesiva de quinurenina, provocada por la actividad de la IDO1, reducía el metabolismo de la glucosa en los astrocitos, células cerebrales que proporcionan apoyo metabólico a las neuronas. Al bloquear la IDO1, lograron restaurar un metabolismo saludable de la glucosa en los astrocitos, lo que a su vez mejoró el funcionamiento neuronal.
Este enfoque novedoso podría representar un avance significativo en la búsqueda de tratamientos efectivos para la enfermedad de Alzheimer, ya que apunta a la raíz del problema en lugar de simplemente tratar los síntomas.
Según la Dra. Katrin Andreasson, autora principal del estudio y profesora de Neurología en la Universidad de Stanford, inhibir la enzima IDO1 con compuestos que ya han sido investigados en ensayos clínicos para el cáncer podría ser un gran paso adelante en la protección del cerebro contra el daño causado por la neurodegeneración.
Praveena Prasad, coautora del estudio y estudiante de doctorado en Penn State, destacó que al abordar el metabolismo del cerebro, no solo se podría ralentizar, sino también revertir la progresión de la enfermedad. Los investigadores realizaron el estudio en modelos que representaban las principales patologías del Alzheimer, como la acumulación de placas de amiloide y tau, y encontraron que el bloqueo de IDO1 ofrecía efectos protectores en ambos casos.
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