La incidencia de la enfermedad crónica hace imprescindible utilizar el ecocardiograma pulmonar como un arma eficaz en el diagnóstico.
“En Puerto Rico nuestra prevalencia sobrepasa 100 los casos, porque en la Isla hay cerca de 600 pacientes”, y según lo indicó el Dr. Álvaro Aranda, las investigaciones en Estados Unidos informan que por cada millón de personas hay 50 casos, lo que lleva a la Isla a duplicar la presencia de pacientes con hipertensión pulmonar.
En entrevista exclusiva, el neumólogo reveló que Puerto Rico tiene una incidencia muy alta de esta condición, ya que supera el doble de lo indicado en la literatura médica, donde además refieren que es una enfermedad rara o huérfana.
El especialista aclaró que la hipertensión pulmonar es cuando la presión en las arterias pulmonares está alterada, y se determina cuando la presión conjunta oscila entre 20/25 y cuando se relaja, va entre 10 y cero.
“Cuando esa presión se aumenta se enlentece la circulación pulmonar cuando usted se va a mover, no lo va a tener porque no hay buena oxigenación”, advirtió el especialista, quien añadió que está enfermedad es catastrófica que daña las arterias en cinco años si el paciente no recibe la atención que requiere.
El doctor Aranda explicó que el origen de la enfermedad está descrito en tres categorías: la primera es genética, la segunda es hereditaria y la tercera es por causa de las enfermedades colágeno vasculares de proceso inflamatorio, como lo son el lupus, la artritis reumatoide y esclerodermia.
La última causa es la que mayor atención requiere, en opinión del especialista, ya que el paciente puede pensar que se debe a su condición preexistente. De hecho, la mayor parte de los diagnósticos podrían demorar entre tres y cuatro años.
Adicionalmente, Puerto Rico también tiene una indecencia en donde nacen entre 300 a 400 niños con enfermedades congénitas cardíacas, “uno de cada cinco desarrollará hipertensión pulmonar en la adultez”, enfatizó.
Estos escenarios clínicos pudieran detectarse de manera temprana mediante la realización de un ecocardiograma que mida la presión pulmonar, para que el médico primario y cardiólogo puedan remitir a un especialista en enfermedades pulmonares, y actuar de manera correcta en el tratamiento del niño o adulto.
Otro aspecto que resaltó el doctor Aranda es que hasta la fecha hay 14 medicamentos aprobados por la FDA, los cuales son recetados por los médicos y entregados por farmacias especializadas que controlan el uso correcto, ya que este tratamiento es de por vida.
Síntomas
Los signos y síntomas de la hipertensión pulmonar se desarrollan lentamente y es posible que el paciente no lo note durante meses o incluso años, pero es importante aclarar que los síntomas empeoran a medida que la enfermedad progresa.
Los signos y síntomas de la hipertensión pulmonar incluyen los siguientes:
Falta de aire (disnea), inicialmente mientras haces ejercicio y con el tiempo mientras estás en reposo
Fatiga
Mareos o desmayos (síncope)
Presión o dolor en el pecho
Hinchazón (edema) en los tobillos, las piernas y, con el tiempo, en el abdomen (ascitis)
Color azulado en los labios y la piel (cianosis)
Pulso rápido o latidos fuertes del corazón (palpitaciones)
Por último, el neumólogo resaltó que aunque no existe cura para algunos tipos de hipertensión pulmonar, el tratamiento puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.