El don del servicio es lo que ha mantenido al doctor Carlos Fernández Sifre siempre al lado de sus pacientes, convirtiéndose en una inspiración para los nuevos profesionales de la salud.
El Dr. Carlos Fernández Sifre, director médico del hospital de la Universidad de Puerto Rico "Dr. Federico Trilla", desde muy joven inició sus estudios en medicina gracias a la sensibilidad que le caracteriza, la cual despertó en él una profunda vocación para ayudar a las personas más vulnerables, es decir, a quienes están enfermos.
A lo largo de su carrera el Dr. Fernández ha tenido varios mentores, entre ellos el destacado cardiólogo y profesor de la escuela de medicina, el Dr. Rafael Sobrino, quien fue un modelo a seguir durante sus años universitarios.
El doctor Mario García Palmieri, director del departamento de medicina, también fue una figura notable en su vida por muchos años y fue quien lo nombró jefe de medicina. Además, resaltan en su trayectoria la influencia del doctor Carlors Girod y la doctora Esther Torres.
Dentro de las anécdotas del Dr. Fernández Sifre, él rescata el haber atendido al primer paciente con VIH en Puerto Rico, en el año 1981. De igual modo, recuerda con mucho orgullo su nombramiento como jefe del programa de residentes de medicina interna, en el año 1984, una distinción muy importante y un privilegio que pocos médicos alcanzaban.
Las experiencias personales también lo impulsan, ya que uno de sus hermanos padecía de diabetes tipo I, desde temprana edad, le motivó a escoger la carrera de medicina interna y prestar especial atención al área de la endocrinología.
Su vida personal y profesional oscila en la constante búsqueda de un balance, pues, el doctor Fernández sabe que se debe a sus pacientes, pero su familia también representa un pilar importante en su vida.
Su esposa y su hijo, quien tomó la carrera de medicina, inspirado por los pasos de su padre, son un componente vital para el galeno, al igual que la alegría de sus dos nietos, con quienes también comparte tiempo de calidad.
Luego de haberle dedicado tantos años al servicio de las personas más necesitadas y vulnerables, el Dr. Fernández se convirtió en el reflejo de lo que su hijo quería lograr en la vida: convertirse en un médico abnegado. Fue así como se especializó en gastroenterología, un logro que significa un motivo de orgullo para el doctor Fernández.
Hoy día, el Dr. Fernández ayuda a otros profesionales de la salud por medio del ejercicio de la enseñanza a que también sientan ánimo de ayudar a los demás. Así que no solo es un ejemplo para su familia, sino que también lo es para muchos de sus estudiantes quienes admiran su dedicación.
La mayor satisfacción para el Dr. Fernández es poder ofrecer un servicio de buena calidad a quienes confían en él y acuden por ayuda. Por ello, insta a que los jóvenes sientan el mismo compromiso de atender a los pacientes.
Pese a que la medicina es una carrera con muchos sacrificios, el Dr. Fernández acota que también es un camino lleno de muchas satisfacciones. Hoy reconoce que el pueblo puertorriqueño necesita de gente joven que sientan voluntad e interés por quedarse en la Isla, ya que se requiere de una nueva generación de profesionales.
El Dr. Fernández llegó a la dirección, puesto que hoy ocupa en un momento de muchos retos para el país y para la institución, pero admite que pudo salir adelante y hoy se esfuerza junto a su equipo de trabajo para desarrollar nuevos proyectos en beneficio de los pacientes.
En el hospital hay médicos excelentes y facultados con un alto nivel académico y profesional, por lo que el reto en la actualidad es continuar reclutando facultativos que estén incentivados y que ayuden en la labor del hospital.
Fernández se define como una persona optimista, piensa que hay un futuro brillante por delante con nuevos médicos profesionales, motivados y preparados por la escuela de medicinad de la Universidad de Puerto Rico, así como en otros programas de residencia del país.
Los proyectos que más resalta son el programa Aurora, el primer programa de cuidado neonatal en grupo, en una institución hospitalaria, dirigido a disminuir el número de partos prematuros.
Asimismo, es destacable el programa de cirugía robótica Mako para el reemplazo de cadera y rodilla, el cual ha demostrado eficiencia y un periodo postoperatorio con una recuperación más rápida y fácil.
La emergencia del hospital que dirige Fernández cuenta con especialistas que prestan servicio de ortopedia y medicina dental. Es el único hospital con este tipo de servicio.
El programa de cirugía bariátrica del hospital tiene 14 años de trayectoria; el centro de cuidados para la mujer también es un gran logro, pues, posee la más alta tecnología para la detección temprana del cáncer de mama.
El Dr. Fernández ha servido de manera ininterrumpida por cuarenta años y aún se siente comprometido para continuar desarrollando proyectos innovadores al servicio de la población puertorriqueña.