El director médico de Moderna ha expresado que trabajan en una vacuna personalizada contra el cáncer, que podría estar lista para el 2030.
El director médico de Moderna, Paul Burton, expresó en que han avanzado en la vacuna personalizada contra el cáncer, en combinación con la inmunoterapia de MSD ‘Keytruda’ (pembrolizumab), y podría estar lista para “finales de la década”.
En 2030 habrá vacunas contra el cáncer y las enfermedades cardiovasculares creadas a partir de la tecnología del ARNm, la misma que se desarrolló en tiempo récord para luchar contra el Covid.
“Tendremos esa vacuna y será muy eficaz, y salvará muchos cientos de miles o millones de vidas. Creo que podremos ofrecer vacunas personalizadas contra múltiples tipos de tumores a personas de todo el mundo”, ha asegurado Burton en declaraciones al periódico británico The Guardian.
El experto detalló cómo funciona esta vacuna basada en ARNm, que alertaría al sistema inmunitario de un cáncer que ya está creciendo en el cuerpo de un paciente para que pueda atacarlo y destruirlo, sin hacerle daño a las células sanas.
Para ello, se identifican fragmentos de proteínas en la superficie de las células cancerosas que no están presentes en las células sanas (y que tienen más probabilidades de desencadenar una respuesta inmunitaria) y, luego, se crean fragmentos de ARNm que indicarán al organismo cómo fabricarlos.
En primer lugar, los médicos toman una biopsia del tumor del paciente y la envían al laboratorio, donde se secuencia su material genético para identificar las mutaciones que no están presentes en las células sanas.
A continuación, un algoritmo de aprendizaje automático identifica cuáles de estas mutaciones son responsables del crecimiento del cáncer. Con el tiempo, también aprende qué partes de las proteínas anormales que codifican estas mutaciones tienen más probabilidades de desencadenar una respuesta inmunitaria. A continuación, se fabrican los ARNm de los antígenos más prometedores y se empaquetan en una vacuna personalizada.
El inmunólogo Alberto Mantovani, presidente de la Fundación Humanitas para la Investigación, alerta de que "no se trata de un milagro, pero las pruebas son alentadoras". En la actualidad, en los ensayos siguen "tres estrategias diferentes", aclara Montovani: "La vacuna personalizada, diseñada sobre el individuo, la vacuna sobre varios tumores que busca el 'mínimo común denominador' que une tumores diferentes con una posible diana común, y la combinación de la vacuna de ARNm con otras estrategias terapéuticas inmunológicas, en particular con células Car-T".
La vacuna contra el cáncer sería en todo caso una vacuna terapéutica: en presencia de un tumor habrá un tratamiento llamado "vacuna" que ayudará al organismo a reaccionar. "Hay que ser claros", aclara Mantovani, "me preocupa que exista la esperanza de una vacuna universal contra el cáncer. Esto, por lo que sabemos, no está en el horizonte. Esperamos, sin embargo, disponer de vacunas terapéuticas dirigidas contra distintos tipos de tumores, ya sean vacunas de ARNm o vacunas tradicionales como la que existe contra el virus del papiloma humano, por ejemplo".
Moderna ha anunciado que está trabajando en una vacuna capaz de liberar una molécula que puede reconstruir los vasos sanguíneos cardíacos en quienes han sufrido un infarto, con el fin de aumentar las posibilidades de supervivencia.
En entrevista con The Guardian, el director médico de Moderna también anunció que la compañía espera que sus vacunas con la tecnología ARNm estén disponibles para 2030 contra enfermedades cardiovasculares, autoinmunes o enfermedades raras, y también de forma “muy prometedora”.
“Puede aplicarse a todo tipo de enfermedades: cáncer, enfermedades infecciosas, cardiovasculares, autoinmunes y raras. Tenemos estudios en todas esas áreas y todos han demostrado ser tremendamente prometedores”, resaltó Burton.
El experto considera que con una sola vacuna se podría alcanzar a varias infecciones respiratorias, como la COVID-19, la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS).
Esto también supone una esperanza, pero una esperanza "bien fundada", en opinión de Mantovani. "Hay que recordar que la tecnología del ARNm se desarrolló originariamente pensando en la intervención en enfermedades cardiovasculares, pero en este caso el objetivo es diferente porque se trata de medicina reparadora, con una lógica completamente distinta, que todavía se está investigando", sentencia.
Otro campo de actuación son las enfermedades raras: “Creo que tendremos terapias basadas en el ARNm para enfermedades raras que antes no se podían curar, y creo que dentro de 10 años nos acercaremos a un mundo en el que realmente se podrá identificar la causa genética de una enfermedad y, con relativa sencillez, ir a editarla y repararla utilizando tecnología basada en el ARNm”.