La corporación dirigida por el galeno opera con la convicción de que su labor se fundamenta en una llamada divina y en un genuino deseo de ayudar.
El Proyecto Amor Que Sana, Inc es una organización sin fines de lucro comprometida con el bienestar de las personas sin hogar en Puerto Rico. Surgió a raíz de las experiencias vividas por su fundador durante varios viajes misioneros.
"Por ejemplo, en Colombia trabajamos con personas sin hogar, viviendo en la calle, vimos necesidades, úlceras, lesiones, problemas de adicción y demás. Cuando regresé a Ponce, por curiosidad empiezo a buscar los lugares donde las personas supuestamente usaban droga, lo que llamamos acá los puntos o los hospitalillos, pensando que en Puerto Rico no iba a tener los mismos problemas que Colombia", relató el Dr. Juan A. Panelli Ramery, director ejecutivo y fundador del Proyecto Amor Que Sana, Inc.
Esta situación se dio en el año 1996, observó que en la isla no se quedaba rezagada en diversos aspectos, incluyendo la presencia de poblaciones en situación de calle enfrentando problemas de salud significativos debido al uso y abuso de sustancias como heroína, cocaína, alcohol y pastillas, entre otras. Estas personas se encuentran en ubicaciones menos frecuentadas por la población general, sin embargo, se pueden ver en lugares como semáforos, donde solicitan ayuda económica.
"Como no entramos por ahí, como que vivimos como si no existiera, fue ahí donde comenzamos la corporación y empezamos a dar servicios dentro del almacén, curando úlceras y heridas, removiendo las enguillas contaminadas, educando y demás. Nos convertimos en la oficina de prevención representando al Departamento de Salud en Ponce, en el área sur de la isla en el 2002".
30 años de dedicación
El Dr. Panelli se dedicó a abordar la situación de las personas en situación de calle, centrándose en la realización de pruebas de VIH, detección de enfermedades de transmisión sexual, brindar cuidados médicos y conectar a los individuos con programas gubernamentales de hogares de paso. Durante los últimos 30 años, ha mantenido un compromiso constante en este ámbito y ha extendido sus esfuerzos al desarrollo de programas de vivienda.
Uno de los proyectos destacados fue la Casa Ana Medina en la calle Virtud, ubicada en Ponce, inicialmente destinada exclusivamente para mujeres. Además, en el pasado, se implementó un hogar de paso en Yauco para hombres, junto con la Casa Julio Rivera Marietti, que actualmente ya no está bajo su dirección. Estos programas han representado un esfuerzo continuo por proporcionar soluciones habitacionales y apoyo a aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
"Ha sido una historia bastante complicada, no solo en Ponce sino en todo Puerto Rico, empezamos con política, los gobiernos, cada vez hay más burocracia, después una pandemia, pérdida de fondos, terremotos o huracanes. En estos momentos no estamos contando con ayudas económicas, lo que llamamos propuestas o fondos municipales, estatales, o federales. Estamos trabajando con los fondos de donativos privados y gente que nos conoce hace muchos años y familiares de los muchachos, que nos apoyan en lo que pueden", agregó.
El agradecimiento de la gente es su mejor recompensa
La corporación dirigida por el Dr. Panelli opera con la convicción de que su labor se fundamenta en una llamada divina y en un genuino deseo de ayudar. Han observado de cerca cómo la interacción con las personas en situación de vulnerabilidad genera un impacto positivo, evidenciado por el agradecimiento expresado y las mejoras observadas en la mayoría de los casos.
"Ese agradecimiento, cómo mejoran en su mayoría y conocemos las necesidades que tienen, reconocemos que una sonrisa vale más que un peso, un Dios te Bendiga en la luz en el semáforo vale más que cualquier otra y si te atreves a darle un abrazo a una persona que está en la calle, obviamente le estás dando mucho más de lo que piden", expresó.
Además, el galeno destaca la compleja realidad de las personas que enfrentan problemas de abuso de sustancias y alcoholismo mientras viven en situación de calle. Observa que estas personas a menudo experimentan una existencia marcada por la incertidumbre, enfrentándose cada día de manera impredecible. Carecen de seguridad sobre lo que depara el mañana, desconocen cómo transcurrirá la noche y enfrentan dificultades para asegurar un lugar adecuado para descansar.
Personas en vulnerabilidad
En muchas ocasiones, el director del proyecto subrayó que estas personas se sienten en condiciones aún más precarias que los animales, resaltando así la extrema vulnerabilidad de su situación. "De hecho, en Puerto Rico, hay leyes que si tú maltratas a un animal, puedes terminar con unas multas grandes y hasta preso. No hay ninguna ley contra de los deambulantes, contra a los familiares que sacaron a esta persona de la casa porque estaba usando drogas o botaron a una niña por salir embarazada o porque no le hizo caso a sus padres".
El Dr. Panelli reflexionó sobre la realidad de las personas en situación de calle, destacando que son individuos enfrentando problemas similares a los de cualquier otra persona. Subraya que, en la mayoría de los casos, el uso de alcohol y drogas no es la causa principal que los lleva a la calle, sino más bien un resultado de los desafíos y dificultades que han experimentado. Enfatizando que vivir en la calle a menudo implica una lucha por escapar de la dura realidad, y muchos recurren a sustancias como drogas y alcohol como una manera de sobrevivir en un entorno hostil.
"Hemos estado corriendo, mi esposa, Ana Medina, dejó la escuela, ella trabaja en Sagrado Corazón y renunció, poniéndose a cargo de Casa Ana Medina, donde ahora ubicamos hombres y mujeres sin hogar. En nuestra residencia ya hay varias personas que no tienen destrezas para ser independientes, puede ser por salud mental o mental. que están solos y no tienen quien los cuide, hay que llevarlos al médico, medicamentos a sus horas, necesitan supervisión. Por otra parte, los que tienen destrezas para ser independientes se fueron refiriendo a vivienda pública, ya ahí el municipio nos ayuda con esa gestión", añadió.
El proyecto asume los costos
El fundador del proyecto hizo hincapié que en Casa Ana Medina, las personas en situación de vulnerabilidad no afrontan costos por los servicios proporcionados. La institución ofrece una variedad de servicios, que incluyen alimentación, artículos de primera necesidad, transporte a citas médicas y acceso a medicamentos a través de la tarjeta del Plan Vital y la reforma.
En su perspectiva, abordar la situación de las personas sin hogar es una responsabilidad compartida por todos, ya que estas personas son parte de una red de relaciones: hermanos, hijos, padres de alguien. Además, resaltó que estas personas experimentan numerosos desafíos y necesidades en la calle, y aboga por la colaboración para encontrar soluciones a estas problemáticas.
"Conocer a cada persona y saber cuáles son sus problemas, si es por vestimenta, eso es fácil de hacer, hay mucha gente que dona ropa en buenas condiciones, las cosas de primera necesidad, son fáciles de conseguir, si necesita servicios de salud mental, tenemos varios lugares donde se pueden llevar, para un ingreso de servicios especiales de medicación".
"Todavía tenemos mucho que hacer. Los servicios hay que hacerlos como si fueran para nuestra familia. Si yo tuviera un hijo en adicción en la calle y yo tengo un servicio donde yo tengo vivienda, medicamentos, ropa, haría lo que sea para que ese hijo mío pueda recibir tratamiento de salud mental o pueda recibir un sitio donde se pueda quedar, que eche para adelante, de manera que yo lo haría con mi hijo, yo lo hago con uno que no conozco. No debería ser por fondos, por conveniencia, es para llegar a esa persona y ayudarle en lo que se pueda", concluyó.