El tejido graso y su memoria celular impulsan a recuperar peso rápidamente facilitando el efecto rebote

El epigenoma, que regula la activación o desactivación de los genes, experimenta alteraciones en las células grasas, lo que las hace más propensas a almacenar grasa nuevamente de manera más rápida.

Katherine Ardila

    El tejido graso y su memoria celular impulsan a recuperar peso rápidamente facilitando el efecto rebote

    El estudio plantea que la obesidad no solo afecta al cuerpo mientras está presente, sino que deja una "memoria" en las células grasas que facilita la recuperación del peso perdido. Esta forma de comprender la obesidad, también cambia en cómo se entiende el efecto rebote, al rectificar que no se trata únicamente de falta de esfuerzo, sino de mecanismos biológicos subyacentes.

    ¿Qué es la memoria celular de la obesidad?

    El estudio dirigido por Ferdinand von Meyenn, investigador de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, describe que las células adiposas (adipocitos) sufren cambios epigenéticos durante la obesidad.

    El epigenoma, que actúa como un interruptor para apagar o encender genes, es alterado significativamente en estas células, predisponiéndolas a recuperar grasa de forma más rápida y eficiente tras una pérdida de peso. 

    En palabras de von Meyenn, estos cambios moleculares "programan" a las células para volver a un estado obeso, especialmente en condiciones de alta ingesta calórica.

    Evidencias y limitaciones del estudio

    El trabajo combinó estudios en ratones y células humanas. En los modelos animales, los cambios epigenéticos persistieron hasta ocho semanas, mientras que en humanos se observaron efectos similares hasta dos años después de la cirugía bariátrica. 

    Sin embargo, aún no se ha determinado con exactitud cuánto tiempo puede durar esta memoria epigenética, y los investigadores reconocen que se necesitan estudios adicionales para entender mejor los mecanismos involucrados.

    Aunque los adipocitos son clave en este proceso, no son los únicos responsables. Otros órganos, como el cerebro, también pueden tener memoria epigenética que afecta la regulación del apetito y la saciedad. 

    Según Daniel Castellano, coautor del estudio e investigador en el Instituto de Investigación Biomédico de Málaga, este fenómeno epigenético en los adipocitos podría explicar parcialmente el efecto rebote, pero no en su totalidad.

    ¿Qué implica este hallazgo?

    Los resultados dictan que la obesidad es una enfermedad crónica con una tendencia natural a la recidiva. Expertos como José Balibrea, jefe de Cirugía Endocrino-Metabólica del Hospital Germans Trias i Pujol, señalan que el estudio refuerza la necesidad de tratamientos permanentes para abordar no solo el exceso de grasa, sino también los cambios moleculares asociados.

    Actualmente, no existen terapias específicas para borrar la memoria epigenética. 

    Sin embargo, investigadores como von Meyenn comentan que este conocimiento podría llevar al desarrollo de intervenciones farmacológicas o dietéticas dirigidas a corregir estas alteraciones moleculares. Aunque algunos medicamentos oncológicos afectan los mecanismos epigenéticos, su aplicación en obesidad aún está lejos de ser viable.

    Fuente consultada aquí

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