También puede aumentar el riesgo de osteoporosis, debilidad muscular, aumento de peso, diabetes mellitus y cataratas.
Son especialmente comunes en el tratamiento de afecciones cutáneas como la dermatitis, la psoriasis y el eczema. Estos medicamentos funcionan al reducir la inflamación, aliviar la picazón promoviendo la curación de la piel afectada. No obstante, a pesar de sus beneficios terapéuticos, su uso indiscriminado o prolongado puede llevar a efectos adversos en la piel.
También, son generalmente usados para reducir la actividad del sistema inmunológico del cuerpo. Se utilizan en problemas de salud como artritis reumatoide, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, síndrome del intestino irritable y en el tratamiento de reacciones alérgicas graves o anafilácticas.
Los efectos de los corticosteroides pueden ser irreversibles o leves. Por lo tanto, es importante que su uso se realice bajo indicación médica y mediante consultas regulares para realizar el seguimiento del tratamiento.
Efectos secundarios más comunes
Uno de los problemas más comunes asociados con el uso de este medicamento es la atrofia cutánea, que se manifiesta como adelgazamiento y fragilidad de la piel. Esta condición hace que la epidermis sea más propensa a daños, como la formación de estrías o incluso la aparición de heridas. Además, puede provocar una disminución en la producción de colágeno, lo que lleva a una apariencia envejecida y arrugada en el cuerpo.
Otro efecto adverso común es la aparición de telangiectasias, que son pequeños vasos sanguíneos dilatados y visibles en la superficie de la dermis. Estas arañas vasculares pueden ser permanentes que a menudo requieren tratamientos adicionales para su eliminación.
Efectos secundarios a largo plazo
Como consecuencia, el uso prolongado o indiscriminado puede provocar la aparición de acné o empeorar el acné preexistente. Además, puede causar hiperpigmentación, lo que resulta en la aparición de manchas oscuras o decoloración de la piel.
Estos efectos incluyen un aumento en el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, trastornos psiquiátricos como ansiedad, depresión, debilidad muscular, inclusive fatiga constante. Además, puede disminuir la absorción de calcio y vitaminas D, lo que puede llevar a problemas óseos e inclusive musculares.
Tiempo de tratamiento
Por ello, el tiempo de tratamiento con este medicamento varía según diversos factores. Por ejemplo, la potencia del corticoide utilizado, la frecuencia de aplicación y la zona del cuerpo donde se superpone.
En general, se considera que el uso continuo del fármaco durante más de dos a cuatro semanas puede aumentar el riesgo de desarrollar atrofia cutánea. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto puede depender de la condición médica tratada y las indicaciones específicas del médico.
Por lo tanto, es esencial seguir las recomendaciones del profesional de la salud, utilizar el medicamento de manera responsable y adecuada para minimizar el riesgo de desarrollar daños en la piel.
¿Cómo se puede prevenir la atrofia de la piel?
Sin duda alguna, es crucial utilizar la menor concentración y potencia de corticoide que sea efectiva para tratar la afección cutánea en cuestión. Además, se debe aplicar una capa delgada que sea uniforme solo en las áreas afectadas, evitando aplicarlo en zonas saludables de la piel.
Por último, se recomienda utilizarlos de forma intermitente, es decir, alternando periodos de uso con periodos de descanso, para permitir que la piel se recupere minimizando el riesgo de atrofia.
Fuentes consultadas aquí y aquí.